En manos de mi nuevo ginecólogo - Relatos Eróticos

En manos de mi nuevo ginecólogo

Unos meses después de casada consulté a un ginecólogo de mi nueva obra social. Era un médico de mediana edad, muy elegante y apuesto.Mientras mi esposo Víctor esperaba afuera en la antesala, yo me senté en la silla ginecológica, sin mi tanga y con mis piernas abiertas lista para la revisión. Estar en esa posición ya me excitaba bastante; pero ver la cara de ese apuesto médico apenas a centímetros de mi concha expuesta, me provocó casi un orgasmo.En realidad llegué a acabar mientras él me palpaba, por lo cual tuve que reprimir mis gemidos para que el médico no pensara que estaba frente a una perra calentona…Salí de la consulta con una tremenda calentura, con unas ganas increíbles de que ese tipo me cogiera y me hiciera suya…Cuando llegamos a casa, arrastré a Víctor hasta nuestra cama y sin casi desnudarnos, nos echamos un polvo infernal; que incluyó hasta sexo analDesde ese día, cada vez que estaba sola en casa y me masturbaba, no pensaba en mi adorado Víctor, sino en ese apuesto médico. Soñaba que tenía una pija enorme y me cogía sin piedad en su propio consultorio…Durante las siguientes revisiones apenas me tocaba; eran consultas muy rápidas y eso era bastante frustrante; ya que solamente por sentarme frente a ese hombre, mi concha se humedecía sin control…Pero finalmente, una tarde me hizo quitar la tanga mojada otra vez…Me dijo que procedería a una revisión. Entonces sentí que mi concha comenzaba a dejar escapar mis flujos, que afloraban entre mis labios vaginales…Apenas ...

... me recliné en la silla, el Doctor me abrió las piernas y comenzó a separar mis labios vaginales. Yo me había excitado muchísimo y tenía que reprimir mis ganas de pedirle que me cogiera bien duro.Cuando introdujo sus dedos, tuve que morderme los labios aguantando un orgasmo; no quería que él notara cuánto me estaba excitando.De repente me dijo que debíamos hacer la revisión mientras yo me encontraba de pie…Eso me resultó un poco extraño ya que nunca había oído de tal revisión pero acepté sin decirle nada. Me levanté poniendo mi pubis depilado frente a su cara, con un pie apoyado en el piso y otro sobre la silla ginecológica…Estaba muy caliente y húmeda; solo quería que me metiera sus dedos.El Doctor comenzó a mover sus dedos poco a poco y eso me causó un orgasmo tremendo; haciendo que mi concha se dilatara y chorreara mis fluidos por mi pierna hasta el piso. El médico no dijo nada, pero me pareció que esbozaba una sonrisa. Entonces comenzó a mover sus dedos más rápido; se me hizo evidente que él me deseaba tanto como yo a su verga.Me puse en puntas de pie, sintiendo que él me empezaba a masajear las nalgas, al mismo tiempo que yo movía mis caderas para acomodarme mejor sus dedos y que entraran más profundo todavía.Ya no pude reprimirme más. Dejé escapar un profundo gemido y el apuesto médico abandonó entonces mi concha y me comió la boca de un beso que apagó mis gemidos y jadeos…Me miró a los ojos y después me hizo apoyar los dos pies en el piso, haciéndome girar para darle la ...