1. Cita con Juan e Isabel


    Fecha: 11/11/2018, Categorías: Intercambios Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... primera vez a gozar del cuerpo de Isabel. Le indique a Esther que se acercara y me masturbara, «Amor hazte una paja para mi y tu nuevo amante». Note su agitada respiración, sin duda las escenas que presenciábamos la habían sobrepasado. Estaba convencido de que hubiera querido estar ella en la situación de Isa. «Quieres ver ya el chochito de mi ramera», le pregunté a Juan, tratando de descargar su tensión mientras la mano de mi mujer desaparecía bajo mi tanga. Juan vino hacia nosotros y le metió la lengua en la boca a mi mujer manteniéndola dentro un buen rato, mientras Esther me acariciaba, al ritmo que su excitación marcaba. Mi pene no tardó en tornarse tenso. «Te gusta como te lo hago», dijo soltándose de la boca de Juan. Entonces éste le espetó, «Quiero que te hagas una paja como las que te haces cuando estas solita, ¿porque te las haces verdad?», le susurró Juan a mi mujer. «Si me las hago hasta correrme, acaso tu mujer no se las hace», contestó ella. Juan volvió a meterle la lengua en la boca intensificando su profundo beso. Luego se separó y le dijo, «si, ella se masturba, pero estoy convencido que tu la superas, tienes más experiencia y seguro que te mojas más, ¿verdad so guarra?». «Quítate el tanguita y muéstrame tu tesoro. Siempre me ha gustado contemplar, acariciar y follarme un chochete cuarentón». Una vez liberada del tanga, Esther se lo abrió con los dedos, y mirándome le espetó a Juan «Mira, así me acaricio, pensando en lo que nos haréis a Isa y a mi esta noche. ...
    ... Es todo tuyo, mi amor, haz lo que desees con él». Juan le escupió en el coño y a continuación le introdujo los dedos y le extrajo el DIU, con la misma maestría y habilidad con que había quitado el de su mujer. «De aquí sales con barriga y como mi zorra» y se puso a morrearla. Mientras Isa se me acercó y abriéndose de piernas se quitó el pearcing y me lo entregó. Me puse a lamerle su almeja, mientras Juan hacia lo propio con la de Esther. Las lenguas iban del coño al ano sin descanso, mientras los cuerpos de las dos mujeres se estremecían de placer y los primeros gemidos se escapaban de sus bocas. «Me gusta mucho como me lo haces», decía Isa, mientras notaba su primera corrida. Poco después Esther soltaba un gemido que delataba también la suya. «Oh fóllame ya que no aguanto. Fóllame y hazme tuya delante de mi esposo y de tu mujer», repetía Esther al oído de Juan. Este le hizo tragar una pastilla estimulante, entregándome otra a mi para que se la diera a Isa. «Con esto se van a poner a tope», dijo Juan, mientras acariciaba el coño de mi mujer haciéndola retorcerse se gusto. «oh si tócame, mójalo más», decía Esther cuyo rostro estaba desencajado. Como antes había hecho con su mujer, Juan manejó a su antojo el sexo de la mía. «¿Quien te pajea mejor, Fran o yo?», le preguntó por dos veces, hasta que Esther respondió entre jadeos, «Tu, tú, sigue, sigue, haz que me corra como haces que lo haga tu mujer» y al momento le vino una intensa corrida. «Ahora os toca a vosotras comernos la ...
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