Navidad con mi tía
Fecha: 13/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tiíta mucho mucho, hasta que ella te diga basta? -Si, si, si, lo que vos digas, sí . -Estás envergado otra vez, papito, me encanta así, a ver, mostrale a tu tía cómo te hacés la paja, ahora, mostrale a tu tía querida cómo te pajeás – Y yo me pajeaba delante de ella, que se reía y tomaba un poco de champagne, y me comía la boca impregnada de mí. Me tiró sobre la cama, y se sentó sobre mi cara, enseñándome cómo chuparla y lamerla. Estuvimos haciendo un caliente 69 durante media hora, aproximadamente, ella era toda una experta, se movía como una yegua sobre mí, derramándome sus jugos tibios que yo tomaba y tomaba sin parar, metiendo mi lengua dentro de ella. -Si, papito, si, mirá como acaba tu tía, sobre vos- decía despacito, para no despertar a los abuelos, conteniendo las ganas de gritar, pero temblando de placer sobre mi boca. Se dio vuelta, y ahí nomás, se ensartó mi poronga entera en ella, hasta el fondo, sentándose sobre mí, y empezó a cabalgarme sin piedad, arañándome el pecho, yo tomándola por la cintura sentía una hembra sobre mí enloqueciendo de deseo. Acabó dos veces más , mordiéndome los hombros para no ...
... gritar, hasta que yo también exploté dentro de ella , con tanto placer que creí que me moría. -Mi amor, sos tan dulce para coger, me encanta cómo te portás conmigo, te voy a coger toda la noche, no te voy a perdonar, sabes, mirá lo que lograste con tu actitud, mirá cómo tu tía se deja coger por vos. Estuvimos toda la noche, probamos todas las posiciones que se nos ocurrieron, jugábamos a cogernos entre los dos, y antes de irse, a eso de las 8 de la mañana, me dio una última mamada que me sacó las últimas gotas que me quedaban. Me dio el último beso de lengua, se despidió y se fue, antes que nadie despierte. Me dormí como hasta las 1 de la tarde, y desperté, fui a la cocina y estaba la familia otra vez en la mesa, me senté al lado de mi tía Clara, quien me sonrió guiñando un ojo complice, y se pasó tocándome la pija por debajo de la mesa. Pasamos cogiendo todas las noches mientras estuvimos en la casa de los abuelos, y esas navidades fueron para mí inolvidables. Durante cinco años cogí con mi tía todas las vacaciones que podía ir a verla, hasta que se casó, y nos encamamos en su despedida de soltera por última vez.