1. Las universitarias sumisas (Cap. 5)


    Fecha: 13/11/2018, Categorías: Dominación Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos

    ... importó a sus reclutadoras, el objetivo a cumplir era que las panzonas aprendieran a servir como esclavas a cualquier persona que su Ama decidiera entregárselas. A causa de la obesidad de esas panzonas por su falta de condición física, ya su agotamiento era extremo, lo que las obligo a tardarse más en cumplir la tarea impuesta de dejar como espejo el suelo de todo el reino, el tiempo marcado para cumplir esa orden no fue completado en tiempo, sin embargo las gordas se apiadaron de las nuevas estúpidas y les ofrecieron comida y bebida, las panzonas le agradecieron que se les alimentara ya que se sentían al borde de sufrir un desmayo, lo que nunca se les ocurrió es que las gordas las harían suplicar para eso. Las panzonas ya no sabían cuando iba a terminar ese tormento del que no veían fin, sin embargo con tal de beber agua y comer aunque fueran los desperdicios, a las gordas no les importó suplicar y besar los pies a sus ahora reclutadoras y entrenadoras del campo laboral sumiso. Después de haberse tragado la bazofia que ahora debían ingerir en calidad de alimento después de tantas horas de constante esclavización, se les condujo hasta sus jaulas en las cuales antes de que fueran cerradas con cerradura electrónica debían adorar como si fueran sagrados los pies de sus ahora reclutadoras. Apenas besaron ...
    ... los pies de sus entrenadoras se apagaron las luces y en automático las panzonas quedaron noqueadas por el cansancio. Al día siguiente se abrió la puerta del jaular y se encendieron bruscamente las luces, la panzonas de momento quedaron ciegas por llevar horas sin recibir un miserable rayo de luz y ahora parecía que encendían reflectores a toda potencia, no podían creer, ella sentían que apenas se habían quedado desmayadas del sueño y ya debían empezar otro día más de tortura sumisa. Ese día se les obligó a lavar toda la ropa, tenderla, plancharla, doblarla y guardarla, y de tener una sola arruga deberían volver a lavarla, por lo que las panzonas tuvieron que poner todo su empeño para que el día no se les hiciera más pesado teniendo que lavar todo dos veces Después de terminar las tareas ordenadas, se les llamó a la presencia de su Alteza, ya que deseaba se me diera un sabroso masaje de pies mientras una me abanicaba y la otra me servía de descansa pies. Las panzonas ya no veían fin a esta tortura, ya parecía más que se estaban resignando a su esclavitud y día con día su actitud fue amansándose cada vez más y mejoraba a pasos agigantados su servilismo como toda esclava experta, llegó el momento en que ya su voluntad fue abatida por completo y ya no intentaban su escape, su vida había cambiado por completo. 
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