Mi pequeña groupie personal
Fecha: 15/11/2018,
Categorías:
Jóvenes
Autor: pinkblood, Fuente: RelatosEróticos
Conocí a Conny a sus 18 años recién cumplidos, un día de noviembre (primavera en el hemisferio sur). Yo, de 28, tocaba en una banda de mediana fama local en mi ciudad y fui invitado a su colegio a tocar un par de canciones. Ella, como representante de su centro de alumnos, fue mi anfitriona por el día, me llevó al camarín, me atendió y me llevó al escenario, mientras chupaba ávidamente un lollipop. Conny era una niña de pelo castaño claro, delgada y más o menos de mi porte. Ese día no vestía de uniforme, sino que andaba con unos cortos shorts de jeans, zapatillas de lona y una blusa de manga corta a cuadros muy ceñida que dejaba ver sus hermosas e imponentes tetas, una grandiosidad que nunca más vi en mi vida. Al finalizar mi actuación, me acompañó a la puerta con su lollipop en la boca y al despedirse puso su mano en mi entrepierna mientras se acercó a mi oído para agradecerme. “Gracias por venir, espero que me puedas tocar de nuevo”, luego un beso en la mejilla. Retrocedió un par de pasos, sacó el lollipop de su boca para mostrarme su lengua con piercing y con una última sonrisa se despidió de mi. Fuera de la calentura del momento no le di mayor importancia, dejé de verla por un tiempo corto, tras el cual apareció en un concierto de mi banda. Fuera del camarín me aborda y me dice: - Hola, te acuerdas de mi? - Por supuesto que me acuerdo de ti, que bueno que viniste. Disfrutaste el concierto? - Si, mucho. Qué harás ahora? - Tengo que volver a casa con los instrumentos y ...
... luego solo dormir - Me puedes llevar? he venido sola Le pregunté hacia donde iba y para la suerte de esta historia, su casa estaba cerca de mi barrio. Era la excusa perfecta. Se subió en mi auto y emprendimos rumbo, conversando de música y otras trivialidades, todo muy normal. - Te molesta si pasamos a descargar los instrumentos primero? - le dije - No me gusta dejarlos dentro del auto, puede que me los roben. - No, no hay problema, de hecho, te ayudo con ellos. Al llegar a mi casa, Conny bajó una guitarra y yo dos. Ella se quedó adentro esperándome en el living a que yo descargara las demás cosas. Cuando entré para decirle que ahora la iría a, dejar me dice: - Ahora quiero agradecerte por el aventón Se arrodilló frente a mi y con su mirada clavada en la mía me bajó la cremallera, luego el pantalón, luego el bóxer. “Es muy grande, me encanta”, me dijo tomando mi miembro con una mano y con la otra mis bolas. “Sabes para qué es el piercing que tengo en la lengua?”. No alcancé a contestar cuando ya había empezado a pasar su piercing por mi glande mientras me masturbaba lentamente. Después de pocos segundos de este juego mi pene ya estaba complemente erecto. - Puedo metérmelo a la boca? Está tan grande y rico - me dijo desde su posición arrodillada mirándome de nuevo a los ojos. - Por supuesto, muéstrame lo que sabes hacer - No sé tanto, pero me puedes enseñar Empezó a chuparme con muchas más ganas que experiencia, se notaba que lo disfrutaba y cada cierto tiempo levantaba la vista ...