Luisa y Joaquín la lían en la residencia de ancianos
Fecha: 16/11/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... seguir viendo su cara. Él se extrañó un poco al principio, pero como esa postura le gusta mucho a todos los tíos, no se quejó. Acabamos haciéndolo así, a cuatro patas, hasta que mi chico se corrió. Yo la verdad, disfruté poco por el recuerdo de Joaquín. Nos dormimos y al día siguiente me levanté pronto para ir a trabajar. Cuando llegué, ya tenía a Joaquín preparado para que lo llevara al baño. Lo puse en la taza y empezó a hacer pis. -Anda Luisa, el otro día me quedé con ganas. Enséñame el culo. -Ya te lo enseñé ayer. -Pero con las bragas puestas. Anda, quítatelas. Joder con el abuelo, pensé. ¿Y ahora qué hago? -No digas nada a nadie. ¿Eh? Me costaría el trabajo. -Mi boca esta sellada. Me abrí la bata y me bajé las bragas. Solo le enseñé el culo. -¿Que? ¿Contento? -No. Quiero verte el potorro también. -¿Estás loco? De eso nada. Confórmate con el culo. -Yo te enseño la polla. -Pero si te la veo todos los días. -Pero como está hoy, nunca la has visto. Se levantó de la taza y la tenía tiesa como un palo. No podía creérmelo, pese a sus años, la tenía más grande que mi chico. -Mira. Anda, enséñame el chocho. ¿Qué hacía, se lo enseñaba o no? Cuanto antes lo viera, antes se le pasaría y se olvidaría, pensé. Así me dejará en paz. Me volví a bajar las bragas y se lo enseñé. -Es muy bonito. Anda, ten tu recompensa. Me arrimó la polla a la cara para que se la chupara. Me quedé pensativa y en ese instante, con las bragas por los tobillos, no sé qué me dio y se la chupé un poco. Casi ...
... no me entró en la boca. Unos golpes tocaron la puerta del baño. -Luisa, ¿terminas ya? tengo a Miguel que se hace pis. -Sí, perdona, ya termino. Es que Joaquín tenía también caca. Ya salimos. Estaba a cien. Me ha había puesto cachonda un jodido viejo y ahora no podía aguantarme. ¿Qué me estaba pasando? -Tengo que subir a Joaquín un momento a su habitación, le dije. Algo de su inhalador. Anda, cúbreme. -Claro, sin problema. Ya decía “anda” hasta como él. Cogimos el ascensor rápidamente y corriendo por el pasillo, llegamos a su habitación. Entramos y eché el pestillo. -Vamos a acabar esto. No puedo aguantar más. Le dije. El seguía empalmado y agachada, le chupé su verga. Me abrí la bata y me medio bajé el sujetador. El agarraba mi teta izquierda mientras seguía chupándosela. Yo estaba como poseída, como loca con la polla del viejo y muy excitada porque me estaba tocando la teta y acariciando el pezón. -Avísame cuando vayas a correrte, le dije. No me gustaba que se corrieran en mi cara y menos aún un viejo. Después de un buen rato me avisó. -Voy a correrme Luisa. Terminé de hacérselo con la mano y se corrió. Todavía le salía a presión. Le limpié bien y noté que estaba toda húmeda. -¿Que? ¿Te has quedado a gusto? -Sí, mucho hija. -Si preguntan algo, ¿que hemos estado haciendo? -Cambiándome el inhalador. -Así me gusta. Anda vamos abajo. No pude quitarme de la cabeza en toda la tarde, lo que acaba de hacer. Pero un pensamiento peor acababa de asaltarme. Quería probar la polla de ...