1. L.S.D. y los mosqueteros


    Fecha: 17/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... desnudarme, primero la camiseta, y después el sujetador, cubriendo con sus besos y caricias cada cm de piel que descubrían. Me acostaron en el suelo y siguieron y mientras uno me besaba, el otro me quitaba el pantalón y las bragas, acariciándome. Besaron mi cuello, el vientre, los muslos, los pechos, los labios... Uno de ellos separó mis piernas y empezó a recorrer mi sexo de arriba abajo con su lengua, mientras mi otro amigo devoraba mis pezones, apretándolos entre sus labios.Cuando estaba a punto de correrme se pararon y cambiaron de lugar. Sentí unos dedos que entraban en mi, mientras unos labios apagaban mis gemidos y sus manos seguían acariciándome. Les pedí que parasen, porque yo también quería jugar, y sentando Aramis en el sofá me arrodille entre sus piernas de forma que el otro pudiese penetrarme desde atrás. Empecé muy despacio, jugando, pero cuando D’artagnan me introdujo la suya tan despacio y llegó hasta el fondo, metí la polla de Aramis en la boca de una vez. Estaba disfrutando muchísimo con el calor de aquellas vergas tan ricas que mis amigos tenían. Aramis acariciaba mi cabello mientras gemía al sentir mi lengua bailando sobre su sexo. D’artagnan, por su parte, me la metía una y otra vez con un movimiento lento y profundo. Quería sentir su placer, pero el mío estaba siendo tan intenso que tuve que sacarme la polla de mi boca para gritar de placer cuando me corrí.Sin darme tiempo se cambiaron, siendo ahora la verga de D’artagnan la que tenia en la boca ...
    ... mientras Aramis me la clavaba desde atrás. Ellos estaban muy cachondos, mi placer los había excitado y sentí que les faltaba poco. Note sus pollas hinchándose dentro de mi, entre mis labios. Empecé a chupársela más fuerte, apretándola entre mis labios. Aramis me la metía cada vez mas adentro, mas profundo. Sentí el semen de D’artagnan en mi boca, salado y espeso, y me lo tragué golosa. También Aramis llego al orgasmo, llenándome con su leche caliente, haciendo que me corriese por segunda vez.Nos dejamos caer en la alfombra, temblando todavía.No creo que hubiesen pasado ni cinco minutos, pero en mi estado, podrían haber sido cinco horas. Me tumbaron sobre la alfombra, y me colocaron el cojín bajo la cabeza. Todavía estaba extasiada. Me colocaron los brazos con suma delicadeza, mientras me acariciaban despacio, parándose en cada centímetro de mi piel. Uno me besó, mientras el otro buscaba mi oreja, y le metía la lengua haciendo círculos en el interior. Yo intentaba acariciarles, pero mis brazos no respondían. Dejó mi boca para llegar hasta el pezón que saboreaba mientras acariciaba con delicadeza mi vientre. Las manos de Aramis apretaban mi otro pecho e iban apartando el alborotado pelo de mi cara. Me empezaron a responder las manos y buscaban el miembro de Aramis, mientras D’artagnan descendía por mi vientre. Me derretía con cada caricia y con cada beso, pero no dejaba de acariciar la polla Aramis, que iba recuperando su erección. Con la otra mano dirigía la cabeza que iba ...
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