Más que una venganza
Fecha: 18/11/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mas que una venganza Hola soy Maiah, esa tarde, me vestí como a mi novio le gustaba; sexy, provocativa, mostrando por un generoso escote, mis abundantes pechos. Como no me gusta exhibirme de esa manera por la calle, decidí ponerme un abrigo que me cubriera, así fui a su casa. Quería sorprenderlo, ahora sé que no se debe hacer semejante cosa, él me había dicho que trabajaría hasta tarde y no sabía a que hora volvería, por eso yo imagine esperarlo en su casa (tengo sus llaves) con una buena cena y mejor postre. El alma se escapó de mi cuerpo cuando entro a su casa, y en el living, estaba él disfrutando de una buena mamada con dos mujeres a quienes yo no conocía. Me quedé sin poder moverme y él sin atinar a explicar nada, cuando intentó hablar yo salí corriendo de allí. Abajo, ya en la calle tomé el primer taxi que pasaba. En la carrera por huir del departamento se había abierto el abrigo y se veían mis pechos que por la respiración agitada, subían y bajaban; parecía que iban a escapar de la remera. Noto que el taxista, un hombre joven, me miraba con insistencia. No quería volver a mi casa así que le indico una dirección cualquiera, sólo para alejarme de allí. Entonces él me pregunta si podía ayudarme en algo, porque me veía muy alterada. Y sin poderlo evitar, le empiezo a contar, a él un extraño, todo lo que pasó. Detiene el auto en una calle apartada y empieza a decirme que a veces esas cosas pasan, y, tratando de consolarme usa un tono suave sensual; empiezo a relajarme. ...
... Mientras él dice que va a ayudarme a olvidar el mal momento. Siento como su mano se desliza por una de mis piernas y sus ojos se posan en mis tetas. Una electricidad, recorrió todo mi cuerpo. El contacto de su mano hizo que me excitara sin desearlo. Por el espejo, pude ver una sonrisa de satisfacción en su cara. Sin decir una palabra arrancó el auto y nos fuimos, a lo que después me enteraría, era su departamento. Como una autómata, bajé del auto, y sin mas, me encuentro en el ascensor. En cuanto cierra las puertas y marca el piso, se abalanza sobre mí y apoya sus manos en mis tetas, fregándolas con fuerza, casi lastimándome, apoya sus caderas contra las mías y siento su erección; con una voz grave y excitada me dice que esa noche no iba a olvidarla nunca más. Descubro que me gusta, siento que esta de alguna manera era mi venganza, acostarme con un desconocido, estaba dispuesta a todo y así se lo dije. Pero grande fue mi sorpresa cuando entramos a su departamento, su hermano y dos amigos estaban allí. Y sin mas se sintieron invitados a la fiesta. Como en un sueño 4 pares de manos estaban desnudándome. Mis ropas volaban por los aires, y mi cuerpo tocado, lamido, chupado por manos y bocas ardientes, calientes. Les dije que yo no tenía experiencia en esto del sexo en grupo, se rieron y dijeron que cuando terminaran conmigo iba a ser la mejor puta fiestera de todas. Empecé a desvestirlos, cuando todos lo estuvieron, se pusieron en círculo y arrodillada en el medio empecé a chupar una ...