Mi concuña y nuestra historia juntos
Fecha: 14/10/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Alexei 123, Fuente: CuentoRelatos
... mesa del comedor subí sus piernas hasta que sus plantas se apoyaron en la mesa, y así baje lamiendo su vientre hermoso de madre con esas imperfecciones que separan a las mujeres de las niñas, hasta llegar a su clítoris, una espesa barrera de vellos rubios me contuvo un momento, una prueba más de su falta de atención, sentía que no era necesario cortarlos ya que no le daban uso, y nunca, y digo nunca, le habían hecho sexo oral, resulta que el imbécil de mi cuñado es realmente un idiota... no se ustedes pero tener a una mujer sin hacerla venir oral es como tener un Ferrari y manejar solo en primera... en fin, ella se apeno mucho, no sabía qué hacer, la tranquilice, tu solo quédate ahí y disfruta... Su orgasmo fue largo y lleno de suspiros gemidos contracciones jugos vaginales y gritos ahogados... a los 42 años tenía su primer orgasmo vía oral... a partir de ahí fue mía, parecía tener a una mujer extraviada entre e cielo y el suelo, ella flotaba... la hice mía en el sillón de la sala... abrí sus piernas y penetre la vagina más húmeda que he tenido, los ruidos que esa humedad producía eran muchos, ella gemía y sus ojos parecían verme, pero no veían nada, realmente estaba en una especie de trance... recordé lo que había leído sobre los tantras y su forma de practicar el sexo como una comunión con Dios, y dije pues no sé qué veas, pero disfruta el viaje chiquita... y aumente mis embestidas... ahora fuertes y profundas, sus piernas estaban en mis hombros la apertura de su sexo al ...
... máximo, su cadera colgaba un poco del sillón y mis manos sostenían y abrían sus nalgas... su segundo orgasmo fue apoteósico... simplemente uno de bosque te hacen pensar que eres más hombre de lo que realmente eres... largo, potente sonoro y muy húmedo, no cabe duda que tenía muchas ganas atrasadas... Inicie el movimiento más lento recostándola a lo largo de sillón, con mi verga dentro de ella cerré sus piernas e inicie movimientos que me permitían rozar su clítoris a todo lo largo de mi endurecida verga... llegaba su tercer orgasmo y le dije: "puedo venirme en ti y junto contigo? O quieres que espere un poco más?" "que? No sé lo que es eso, él nunca se preocupa de mi placer, solo sube hace lo suyo y se duerme, de verdad puedes controlar así tu eyaculación?" "puedo" porque no solo leí a los tantras, aprendí de ellos, pero esa es otra historia... Así que reanude mis movimientos, María Elena comenzó a subir el tono de sus gemidos, su respiración se descontrolo, sus manos apretaban mi trasero... sentí la cercanía de su oleada y solté mi freno... la humedad de nuestros sexos se desbordo... aun con sus piernas cencerradas aquel sillón comenzó a mojarse, para terminar mi propio espasmo abrí sus piernas y entre a fondo, hasta que la última gota de semen quedo dentro de esa vagina inflamada turgente y ya no rosa, ahora era casi roja... Ella se recuperó me miro y solo dijo: "ya no extraño a nadie, por mí se puede quedar donde esta y tu también, ya soy tuya" Son palabras que le he hecho ...