A -03:12:39. Táctica y su estrategia, no la mía
Fecha: 21/11/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos
Estaba relajada, pero no dormía, sentía sus labios en mi hombro derecho, yo duermo de lado, la mejor postura es del lado izquierdo, nuestro estómago lo agradece ya que puede mantener todo en su lugar. Su mirada era indescifrable, pero seguía aferrada a ese agradecimiento que yo rechazaba, de vez en cuando pegaba sus pechos a mi espalda, quería que sintiera sus pezones, dos puntas que ella apretaba, sola se excitaba o era una forma de hacerme señales, olvidaba mi sueño, volví a pensar que me querían más debilitado de lo estaba, y lo peor era que no confiaba en ella, venteaba la traición. Pensaba en mis recursos, ese archivo lleva un nombre CHAVER, en el están libros de extraños conocimientos, algunos complicados de comprender: “La última palabra de la magia y ocultismo”, El libro infernal”, “El libro de los destinos”, “La sibila”, “San Cono”. Este libro tiene una parte que tiene que ver con los juegos de azar, mentira eso de azar y cada vez que he visitado algún casino o local de juego, era raro que no me abordara una bella mujer, aunque estaba equivocado, no tenían que ver con el local, eran viajeras solitarias, en el Kursal, por cierto bella ciudad del norte, esa mujer que no se apartó de mi lado, me hizo ganar, aposté 5.000 al 19 y gané 37.000, ese número salió ganador tres veces seguidas. Le entregué la mitad del premio, pero lo rechazó, yo hablaba de suerte nada más, ella me dijo que no era necesaria aclaración alguna, señaló que no había mirado sus pechos, algo que no ...
... comprendí, si quería follar que lo dijera, soy así de simple, sospeché que había algún misterio, y mi instinto me dijo que algunas veces es mejor no saber. A pesar de llevar ese dinero en el bolsillo, esperé, mejor dicho, la esperé, comprendí que si me había elegido allí ya no hacía nada, y no me equivoqué, no más de quince minutos, salió envuelta en una chal de color azul añil, y parte cubría su pelo, supuse que lo sabía, me miró unos instantes y luego cruzó la calle despacio, la madrugada estaba en su cenit. De detuvo frente a mí, la distancia era corta, tres palmos de mi mano, y habló. ¿Sabes el riesgo que corres con ese dinero en el bolsillo? Su tono fue el mismo, suave, diría que silencioso. Sus palabras armoniosas acariciaban mis sentidos. Te debo una explicación y me gustaría una respuesta. No aquí, ahora el riesgo es para los dos, pensarán que somos compinches, adivinaste la jugada, llamaste mi atención debido a ese detalle, otros se precipitan a cobrar los primeros 7.000, tu no, incluso te permitiste pasear en torno a la mesa, no parecías interesado en el juego, tampoco vi en tu frente transpiración. Marchémonos. Me puse a su lado, y ella se cogió de mi brazo, su fragancia me llegó, no supe reconocerlo, soy torpe en ese sentido, y si la miré varias veces, una de ellas nuestras miradas se encontraron, sus ojos me sonrieron su rostro no, permanecía impasible. ¿Tienes coche? Sí, pero no lo he traído. Se confirman los destinos, fuiste al juego con el signo de perdedor. Su ...