Bazar femenino (Cap. 2)
Fecha: 21/11/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos
Después de besarles los pies las mascotas a sus nuevos Amos, ellos chasquearon los dedos y enseguida se postraron la dos perritas a sus pies. Ellos empezaron a caminar, y las perritas los seguían en silencio y con ritmo constante. Por fin llegaron donde estaba estacionado el carro, o mejor dicho carruaje, de esos carruajes que son jalados por la fuerza de caballos, sin embargo en este caso eran cuatro yeguas. A las cuatro perritas se les puso el collar correspondiente de propiedad del Amo, inmediatamente se les ubicó delante del carruaje para ponerles el ya tan conocido freno de caballos, y así solo bastaría un tirón a la rienda para que la yegua supiera que hacer, ya fuera inclinarse, seguir derecho o dar vuelta, ya fuera a la izquierda o derecha. Un solo golpe con la rienda era significaba a caminar, y dos golpes era a trotar al tener prisa. Por lógica las hembras más jóvenes tienen más fuerza de arrastre, así que las adolescentes fueron puestas como yeguas de empuje y las maduras como yeguas secundarias. La distancia que había que recorrer entre el bazar y la casa donde habían sido compradas era bastante, sin embargo al ser adolescentes eran jóvenes y con más empuje que sus otras compañeras. El par de yeguas secundarias, al ya ser algo mayores que las adolescentes no tenían tanta fuerza, sin embargo recobraban el vigor necesario de arrastre al recibir el azote correspondiente con la rienda, misma que como dije, les hacía marcar el ritmo al cual debían trotar, galopar o ...
... en caso de tener prisa sus Amos, debían jalar el carruaje con la velocidad necesaria. De camino a su casa, tanto el padre como hijo iban estudiando la posibilidad de que en vez de solo deshacerse de su esposa e hija, las llevaran al bazar y subastarlas, y quien sabe, hasta podrían recuperar lo invertido en este grupo de esclavas, la idea era tentadora, ya que su esposa tenía buen cuerpo. Después de una hora de camino, por fin llegaban a su hacienda; así que tiraron de la rienda para aplicar el freno y que las yeguas entendieran que habían llegado. Los Amos descendieron del carruaje y en segundos aparecieron las esclavas actuales para recibirlos besándolos en los pies con todos los honores que una esclava debe dar a su Amo. Después del ritual para recibir a los Amos, se les ordenó a las esclavas llevar a las yeguas al establo, para que del abrevadero asignado a las esclavas beban un poco de agua, así como también se les diera algo de pastura. Las esclavas agacharon la cabeza y de inmediato acataron la orden recibida, pero antes lamieron los pies de sus amos demostrando respeto. Las nuevas esclavas que ahora tenían la función de servir como yeguas para el arrastre del carruaje, se arrodillaron para agradecer la generosidad de sus nuevos Amos por proveerles de agua y alimento. Al joven Amo le vino la idea que de comprar otras dos esclavas, su padre le preguntó por qué le vino esa idea, el joven amo le dijo “papa tenemos cuatro nuevas yeguas que jalan del carruaje, mi hermana y ...