Mis machos del campo: Sigue la historia
Fecha: 24/11/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: chabelita, Fuente: CuentoRelatos
Con el tiempo me voy poniendo cada vez más insaciable y morbosa. La relación con Carlos es muy buena en todo sentido, acepta y le encantan mis encuentros con los chicos, al principio cada vez que iba sola al campo me pedía que le cuente con lujo de detalles las fiestitas sexuales, después sin que los chicos sepan puso cámaras por toda la casa, yo las activo antes de los encuentros y grabo todo, después le llevo el cd a casa y Carlos lo mira con deleite conmigo recostada en su vientre mamándole la pija, confieso que me encanta saber la calentura que le despiertan ¨mis películas porno¨. Muchos veces pasamos horas, el mirando como cojo, chupo pijas y me hacen de todo y yo mirando de reojo y chupándosela. Él es mi macho y lo sabe, yo soy una perra reputa que le encanta ser cogida y sometida de todas las formas posibles, hemos inventado juegos tan morbosos con los chicos que mantienen firme el deseo de ellos por agarrarme cada vez que pueden. Las visitas al campo generalmente son a mitad de semana, aunque a veces no aguanto las ganas de tener a mis machos y salgo cuando la calentura me desborda. A veces la hora y media que tardó en llegar se me hace eterna por el deseo de llegar a que me cojan por todos lados. Tiempo atrás un día que había terminado mi tarea con los papeles de Carlos estaba recaliente y decidí salir para el campo, ya era casi de noche y amenazaba llover, Carlos me pidió que no vaya pero me entendió, con la condición que sea prudente al conducir. Al principio iba ...
... despacio, pero la ansiedad por coger me desbordaba, así que iba demasiado rápido en el camino de tierra quería salvarme de la tormenta inminente y llegar al campo y coger con mis chicos sintiendo el ruido inspirador de la lluvia sobre el techo de chapas. Unos kilómetros antes de llegar, al costado del camino pase un campamento de una cuadrilla de máquinas cosechadoras con sus obreros, que al verme pasar me gritaron toda clase de obscenidades, cosa que me encanto, les toque unos bocinazos y los salude con la mano sonriéndome. Seguramente se habían detenido por la amenaza de tormenta. Pocos minutos después de pasar por ese lugar se desato la tormenta y un aguacero terrible, bajé la velocidad pero estaba oscureciendo y casi no veía, en una curva perdí el control y fui a parar fuera del camino en un lodazal que se había formado. Tarde unos minutos en reaccionar, tome el teléfono para llamar a Carlos o a los chicos para que me fueran a buscar, la señal siempre era débil o inexistente en la zona y no pude comunicarme, me baje de la camioneta sin saber qué hacer, me estaba mojando toda y moría de frio y de miedo, estaba lejos del campo y salvo la cuadrilla de máquinas cosechadoras no había nadie en kilómetros a la redonda, ya estaba oscuro y pasar la noche solita ahí me pareció aterrador, decidí ir bajo la lluvia hasta el campamento a pedir ayuda, tal vez ellos pudieran remolcar mi camioneta del lodo con algún tractor. Camine más de media hora, hasta que vi la luz de la casilla del ...