En una primavera
Fecha: 15/10/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
En una primavera Fue hace tanto tiempo que no se si mis recuerdos de aquel día sean cercanos a la realidad. Yo tenía entonces 17 años, casi 18. Pero daré inicio a mi narración que es muy importante para mí. Es la primera vez que la narro con todos los detalles y ocurrió mas o menos así... Desde muy niño, 3 años, encontré el placer en un tendero que me despachaba aprovechando que iba siempre sólo los domingos a la tienda. El señor que llamaré por su mote real era "Don Chuy", un señor casado que se aprovechaba de mi en cualquier momento posible. A mí me extrañaba que su boca produjera tanto placer al estar en contacto con mi pene diminuto. Él me decía que me quería y que era muy bonito y cosas agradables mientras me mamaba el pene. Yo sentía verdadero placer, que en ese entonces confundía con ganas de orinar. Así que yo creía que un día me orinaría en su boca. Pero eso nunca sucedió. Siempre me contuve y nunca pasó de unos cuanto minutos de mamadas, besos y hasta un día le besé el pene. En fin. Sólo caricias y besos. Nunca intentó penetrarme ni nada de eso. Nunca supe si este "Don Chuy" abusaba de más niños, yo nunca descubría nada raro y nunca vi a otro niño en situaciones sopechosas. El caso es que yo empecé a encontrarle el gusto y ya me apuntaba desde muy pequeño para ir hacer el mandado con este tendero. Iba por pan, cigarrillos para mi madre y cualquier cosa que se ofreciera en la cocina o para realizar alguna tarea de la escuela, era yo el que iba y el tendero me ...
... despachaba en cuanto veía alguna oportunidad. Muchas veces, me debía regresar sin haber tenido mi dosis de placer que este señor me propinaba con sus caricias bucales, que era un verdadero maestro. Mientras tanto, pues yo en casa trataba de encontrar en mi padre un amigo, para compartir con él aquel placer delicioso, que tal vez no conocía. Lo que si me quedaba claro es que era algo prohibido. No entiendo como un niño de tan poco año puede comprender eso. Un sentimiento de culpa y desesperación se fue apoderando de mí y me fue amargando mi niñez. En casa nunca hubo buena comunicación. Mi madre se encargaba en aquel entonces de 4 niños, yo era el menor, nos llevaba y recogía en el colegio, no alimentaba, mantenía limpia la casa y por las tardes realizaba labores de entretenimiento o estudio. Así que siempre ocupada. "Don Chuy" siempre me pedía mantenerlo en secreto y me daba algunas golosinas al despedirme. Así que siempre traté de que con mi padre ocurriera lo mismo. Me llegué a meter en la cama matrimonial de mis padres, los domingos por la mañana, que era el día en que se levantaban tarde y aprovechando a somnolencia, pues yo trataba de bajarle las trusas y tocarle el pene. Nunca lo conseguí. Lo más fue colocar mi mano sobre el calzón y palpar su miembro flácido, que a mi me pareció enorme. Al poco tiempo cerraron la tienda y de "Don Chuy" no supe nada por mucho tiempo. Así que yo en casa me ponía súper cachondo imaginando cosas con mi padre. Pero mi padre ni siquiera se bañaba ...