(5) Cuestión de bragas
Fecha: 27/11/2018,
Categorías:
Lesbianas
Sexualidad,
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
... hielo. -Oh, Amparo, eres la mejor –se lo agradeció Nekane. -Yo necesito un chapuzón ya o me deshidrato –besó Lorenzo a su chica y se alejó. -Mmmmm, esto es lo que necesitaba –saboreó Nekane el refresco. -¿Cómo te va? -Esa chica es un pasote. -Busca en pornotube. –Y Amparo se alejó aguantando la risa. ¿Pornotube? Nekane entró en esa página porno y no tardó en encontrar videos donde aparecía Ana practicando sexo en una piscina, o en una hamaca, o en una silla de mimbre. Definitivamente, Nekane se enamoró hasta las bragas de aquella jovencita. Lo tenía todo. Belleza. Fama. Dinero. Y un emporio de millones gracias a sus videos pornos y a sus turbios negocios. Era una femme fatale y Nekane se derretía solo de pensarlo. Se descargó una docena de vídeos de Ana y solo había mirado cuatro páginas. Nekane pensó un rato y luego apagó el portátil. Volvió a la cocina donde Amparo preparaba un batido de tomate con cebolla. -Amparo, estoy flipando con esa chica –se sinceró Nekane. -Anda, toma, habitación 4 –acabó el batido. -¿Es para ella? -Llévaselo tú. -Ay, gracias, Amparito –la volvió a abrazar. -Pero ve con cuidado. Esa chica puede ser una víbora si se lo propone. Le das el batido, la saludas y te vas, ¿vale? -Vale. -¿Prometido? -Prometido. Nekane cogió el vaso de batido y abandonó la cocina. Amparo pensó y sonrió de modo malévolo. Con un tembleque por todo el cuerpo, Nekane acabó frente a la puerta con el número 4 adherido a la madera. -Vamos allá… Y pegó con los nudillos. -Adelante. ...
... Y Nekane entró. Allí estaba Ana desnuda en el balcón y refrescándose con el agua de una manguera. La estampa tórrida no se le olvidaría jamás a Nekane. Aquella imagen la conquistó del todo ya. -Hola, ¿pediste un batido de…? Bueno, un batido. Ana cerró el agua de la manguera y se hizo con una toalla. Luego entró en la habitación mojada y hermosa como una diosa. -Sí, gracias. Pensé que me lo traería Amparo. -Ella no podía y me lo pidió a mí. -Ah, vale. Ponlo en esa mesa. -Claro. -¿Tú eres la nueva? -Sí, me llamo Nekane. -¿Y tu acompañante quién es? -Un amigo solo. Es gay. -Ah, entiendo. Le gustan las sorpresas por detrás, ¿no? Ambas rieron. -Vale, gracias, Nekane. Puedes irte. ¿O es que no quieres irte? -¿Yo? Sí, ya me voy. -Puedes quedarte si te apetece. -¿Me dejas? -Desde que te vi en el pasillo me pareciste un caramelito. Me follaste entera con los ojos. -Bueno… yo no… -¿Eres tímida? Ya vamos mal. Yo quiero que una hembra sea decidida y muy guarrona. ¿Tú lo eres? -No, pero podría serlo. -¿Lo harías por mí? -Nekane calló nerviosa-. Reconócelo, querida. Te mueres por follarme. -Eres muy creída. -¿Acaso miento? ¿A que no? -Te crees muy guapa, ¿verdad? -Ya lo creo. Cada mañana me miro al espejo un rato y me deleito con mi belleza. Esa es la mujer que vale, la mujer que se siente segura con su belleza y su erotismo. El resto son mojigatas y estrechas que no follan en dos semanas… -la miró Ana de reojo y con intención. -¿Cómo coño lo sabes? ¿Te lo ha dicho Lorenzo? -Tu habitación ...