1. 8 Entre-acto. Momentos previos a -07:32:00 del combate


    Fecha: 28/11/2018, Categorías: Dominación Autor: Caminante, Fuente: CuentoRelatos

    ... ambiente será antiguo-gótico-medieval, con sombra Vikinga, comida y bebida copiado de esa época Bailes, canciones y su música. ¡Ya!. No me gusta ese tono. Cenar con enemigos, tendré que llevar el bolso colgado del hombro, no me fío de vosotros. ¿Me metes en el mismo saco? Sí, cada minuto que pasa vas mostrando tu verdadero rostro. En esos instantes pensé que había cometido un grave error, ella conocía mis armas, no se me había ocurrido pensar en algo que no ella no supiera. Eres injusto, pero tú mismo. ¿A qué has venido? ¿Me espías? Mira tío, no te soporto más ¿Vienes o no? Cierto era que necesitaba descanso, estaba demasiado tenso y ese polvo no me había relajado nada, sino todo lo contrario, y para ese combate necesitaba no perder el control. Guardé todo en el maletero y le dije que la seguía, dimos la vuelta y uno detrás de otro entramos de nuevo en el molino, los moteros no estaban, había un tipo que parecía un hortelano, se tocó el ala de mugriento sombrero y nos ignoró. Seguimos en paralelo al río, cruzamos un puente viejo, dejando atrás el molino, nada más rodear la ladera apareció un edificio de piedra de tres pisos, rectangular con dos entradas de garaje y otras dos de personal, había seguridad en ambas, dos todo terreno con gente vistiendo de la misma forma, no nos molestaron, entramos en el segundo garaje. Dentro lleno total, todo terrenos iguales y numerados, era un pequeño parque militar, no vi guardián, más tarde me dijo que toda la vigilancia era por cable. ...
    ... Subimos en un ascensor enorme, casi cabía un todo terreno, llegamos a la última planta, blindada, puertas de hierro, alarmas y defensa electrónica. Este es mi refugio, la diseñé yo sola y la planta es mía, aquí solo entra quien yo quiera. Ya, y si ahora te cojo del cuello ¿Quién se enterará? Me puedes matar, nadie se enteraría nada te impedirá la salida. Me siento prisionero, tú me tienes atado a ti. El ascensor había cerrado las puertas y su gesto era de enfado. Llama al ascensor. Y te desafío a que bajes al garaje, cojas tu coche y vuelvas al puente de Picadas. Si algo lo impide llevarás razón y podrás abandonar todo esto, no eres prisionero. Eso puede ser verdad, una forma de convencerme. No haré nada. Dentro de una hora nos traerán de comer, después puedes dormir, no voy alterar nada, lo que decidas. Me tomé la libertad de encargar ropa limpia para ti, espero haber acertado, es ilógico que limpio te pongas ropa sucia, y disculpa mis atenciones, no encierran doble sentido. ¿Qué pasa con Ivien?, ese extraño regalo de Dabbles. Eso me dijo ella, su gesto me dio que pensar, tampoco entendí el mensaje, pero ignoramos cuando y como. Debes leer entre líneas. Has hablado de Vikingos, sus alianzas se pactaban con rehenes importantes, debo meditar en esos instantes del combate y estimar el lenguaje de su cuerpo. Exageras. Ya, un bate, una barra de hierro y una lanza de toros, tres armas sin importancia, cada una de ellas te dice claramente el nivel de riesgo de quien la empuña, el más ...
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