La Profesora de Piano
Fecha: 28/11/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: tintaenllamas, Fuente: SexoSinTabues
Tras mucho desearse mutuamente. Una profesora de piano y su alumna pueden, por fin, darse placer mutuamente. En un departamento suena música, se puede oír desde la vereda de enfrente, proviene de un piano. Quien lo toca es Ana, una joven menuda de unos 21 años de edad, bajo la guía de María su profesora, de 31 años. María observa a su alumna. Su mirada se posa en sus manos tocando, correctamente, las teclas y emitiendo una música acorde a las partituras. De momento no tiene ninguna corrección de importancia para hacerle. La profesora dedica a mirarle las manos a la chica. Pero, ya no, como las manos de una pianista si no como las manos de una mujer. No observa los movimientos, sino la feminidad de sus dedos. Podría tomarle las manos, con la excusa de hacer alguna corrección, y disfrutar del tacto, del calor de sus dedos. Pero hacía tiempo que no lo hacía y temía quedar en evidencia. Cuando Ana terminó de interpretar la pieza musical, María se puso de pie para mover las páginas del libro de partituras, que estaba encima del piano, y elegir una nueva pieza musical. Mientras su profesora corría las paginas, Ana no pudo evitar mirarle el escote. Desde la primera vez, hacía algunas semanas, que la había visto usando una remera sin mangas escotada, esa visión se le hacía irresistible. Mantuvo la mirada clavada en el pecho de su profesora hasta un segundo antes que volteara la mirada hacia ella. María le pidió que por favor interpretara las partituras que acababa de elegir. ...
... Mientras su alumna las leía y se preparaba, ella se puso de pie y se ubicó detrás de Ana. Mientras tocaba el piano, la mujer se sintió tentada de apoyar sus manos en los hombros de la joven, aunque fuera un instante para comentar algo…pero no, no debía y no podía hacerlo. La profesora puso las manos detrás de la cintura. Y se dedicó, como debía hacer siempre, a escuchar y ver a la joven como una alumna más. Al terminar la pieza María felicitó a Ana, y le dijo que ya se podía ir, que la clase había terminado. La chica se puso de pie y no pudo evitar sonreír a su profesora. Acercó su rostro al de ella y le dio un suave beso en la mejilla izquierda, a modo de despedida. Su piel era tibia y tersa, hacía que su deseo por la mujer no hiciera más que crecer. Fue un segundo, pero un segundo hermoso. Mientras la veía dirigirse a la puerta de salida, María se dejaba llevar por el calor del beso que le dio. Para ella Ana era dulce, graciosa, educada, y amorosa. Había terminando aceptando que la deseaba como cualquier ser humano puede desear a otro. Podía decirle algo al respecto o no, podía hacer algo en ese momento o esperar a mas adelante, podía hacer algo más adelante o nunca. ¿Qué hacer? -¿Ana?-Le dijo en tono casi imperceptible. La aludida se volteó y la miró. -¿Sí, profesora?- -Mmm…No hace falta que seas tan formal Ana. Somos casi como dos buenas amigas, que una le enseña algo a la otra. Mientras María se quedaba callada (no sabía qué decir). Ana la miraba y la añoraba para sí. Tras un ...