Martes, atrapado justo al acabar
Fecha: 02/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Ian, 15 años, esos que no se olvidan, han pasado casi 10 años. Después de clases me llaman diciendo que no estarán en casa, "pórtate bien y no salgas", bien. Una tarde de tele e internet, tarde sin novedad. En el bus un calor horrible se apoderaba de cada quien, sudaba como loco, lo único que deseaba era llegar pronto y darme una ducha de las buenas. Llegue y un silencio exquisito en el aire abrasaba mi cuerpo, prendo la tele, mi mochila a mi cuarto y al baño. Ya desnudo me miro al espejo de cuerpo completo; blanco, lampiño cara de niño bueno, piernas largas y gordas, y ese culo… ese culo que me ha dado tantos momentos vergonzosos. Bastante abundante y bien femenino, comentario obligado de mis compañeros en los camarines. Alfonso el más burlón tiro un comentario mientras estábamos en las duchas. Tomo su abundante rabo y apuntando hacia mí dijo: “¡oye Ian!… algún día te tragaras este pedazo con ese lindo culito que tienes ahí”. Risas del resto, solo lo ignore. Pensándolo bien a mis 15 años podría pasar como niña, recordé el miembro de Alfonso mientras me tocaba las nalgas. Tenía una erección bastante poderosa. Pensé… y ya lo estaba haciendo. Mientras me duchaba con una mano me masturbaba y con la otra mano 2 dedos en mi ano, no se sentía tan mal. Era exquisita la sensación cuando entraban y salían, el jabón ayudaba bastante. Jadeaba bastante y mi ano ardía. ¡Me detuve!, no quería que esto se terminara así. Había descubierto una nueva forma de entretenerme con mi cuerpo. ...
... Salí desnudo a la nevera en busca de algo más contundente, algo como del tamaño del miembro de Alfonso. Un pepino bien formado, grueso pero no tanto como para hacerme mucho daño. Lo lave con bastante cuidado, temblaba y no era por el frio… por lo excitado que estaba. No podía creer que me metería algo en mi ano y de tal tamaño. Lo lubrique con algo de crema de manos, puse una toalla en el suelo frente al espejo. Me puse de espalda al piso con mis piernas casi atrás de mi cuello, gracias a mi flexibilidad mi culo quedo apuntando al aire. Era ver una niña haciendo cosas sucias. Una niña con una verga caliente, blanca, dura y considerablemente gruesa que latía fuertemente. Empecé con la punta poco a poco pero haciendo presión hacia adentro, podía ver como mi ano se comía el pepino centímetro a centímetro. Dolía pero era delicioso sentir que me abría mi caliente y palpitante ano. Exhale un suspiro que reboto por las paredes empañadas del baño. Llegue a la parte más gruesa del vegetal, sentí que hasta ahí llegaría el recorrido pero quería más. Hice más fuerza, lance un gemido al sentir el grosor, mi ano intentaba adaptarse a esa forma. Sentía que me partía el culo, era maravilloso. Mientras me temblaban las piernas pensé en el gran pene de Alfonso. Quedo medio pepino dentro de mí, deje ambas manos en el suelo y respire unos minutos tirado en el suelo. Mi verga estaba aún dura apuntando a mi ombligo, goteando y latiendo como nunca. Mire por el espejo, mi ano aguantando ese vegetal ...