Cuando necesite algo, sabe dónde encontrarme
Fecha: 06/12/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: nena-Xversa, Fuente: CuentoRelatos
... sirven para realizar ese papeleo sin un costo y las fichas moradas, pero solo se pueden otorgar tres, para liberar el trámite completo. Es a lo que ella aspiraba. Al llegar su secretaria la hizo esperar unos diez minutos porque se encontraba ocupado, no le dio mucha importancia, pero cuando se abrió la puerta de su oficina salió una compañera de curso, - “esa estúpida, precisamente esa perra”. Estaba un poco molesta porque él la hiciera esperar por estar precisamente con ella y más porque el director traía en su mano una ficha morada y se la dio a la secretaria para que la sellara y fuera valida. Se la entregó a la chica –“Muchas gracias por su ayuda”. - Ella se despidió de beso de él. - “Para eso estoy” le respondió él. Al salir la chica, Kiara le dijo zorra en voz baja. Ella se levantó esperando que no escuchara el director y parecía que no, lo saludó de beso y le dio un abrazo al director, el le correspondió el abrazo y la invitó a pasar. Se sentaron en sus respectivas sillas, ella cruzó la pierna e irguió su postura, comenzó a exponer su petición, la observaba atentamente y respondió: -“Kiarita me encantaría ayudarla pero se me terminaron las fichas” – ella no pudo evitar fruncir la boca. -“Sin embargo, por ser usted, haré una excepción. En la tarde solicitaré la impresión de otra ficha, no la puedo tener antes porque debo meter algunos oficios”- ella sonría maliciosamente –“ja ja, lo tengo comiendo de mi mano”. Esas palabras le estaban retumbando en su mente, lo volteó ...
... a ver, volviendo a su realidad y él ya estaba chupando sus pechos, chupaba uno mientras pellizcaba el otro pezón, el mordió fuertemente. Empezaron a rodar lágrimas por sus mejillas no se sabe si de dolor o de impotencia. Se detuvo unos instantes la volteó a ver y la giró pegando su cara contra la pared. Besó su mejilla, se dirigió hasta su oreja chupándola después lamió el cuello, al mismo tiempo manoseaba sus nalgas, las magreaba con fuerza, estrujándolas, nalgueándola. Cuando sintió que ya no aguantaba más, se bajó el pantalón, sacó su pene erecto era bastante grande parecía que le iba a doler. Le levantó la falta de tablones, bajó sus pantaletas y la penetró de una embestida. Ella comenzó a llorar más fuerte, a él no le importó y comenzó a follarla sin miramientos, ella lloraba y gimoteaba por molestia y por resignación. El le tapó la boca y utilizó su cara como impulso para follarla más y más fuerte, le lastimaba la cara, le dolía su puchita, la tomó del cabello y lo jaló con fuerza haciendo que se arquera. Cada vez la follaba con más fuerza, más intensidad. Estaba gimiendo cada vez más el director, le apretó del cuello y mordió fuertemente su hombro, ella se quejaba fuertemente pero su mano le ayudaba a amortiguar el ruido. Por cada embestida apretaba los dientes contra su hombro femenino. No dejó de morderla hasta que se corrió dentro de ella haciendo gemidos secos de excitación y culminación. Al terminar, besuqueó su cuello, su mejilla, su espalda en lo que recuperaba ...