1. Iniciado por casualidad


    Fecha: 07/12/2018, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Yo jamás pensé que ambos perros peleándose por ser el primero en montar sobre mis ancas, solo sentía como se turnaban para lamer mi culito, que ya correaba de saliba y con cada languetazo que subía desde mis testículos hasta mas arriba de mi canal anal Yo jamás pensé que mi inicio en la zoofilia fuera tan excitante, en un campamento minero yo era el cuidador de los depósitos de dinamita que hera un recinto totalmente cerrado y con mucha seguridad, por lo tanto todos los movimientos heran supervisados por mi yo tenía unos 30 años en ese tiempo y por el hecho de estar aislado casi nunca tenía sexo, por lo que siempre estaba necesitado un día casi de noche, recorría el perímetro con mis dos perros Rotweiller de color negro y ellos jugando entre si se trataban de montar y comenzaron a excitarse, sus pollas rojas brillaban entre sus piernas y tremendas de grandes botaban chorrillos de liquido seminal. Mi mente estremecida por el espectáculo se comenzó a retorcer y no se en que momento fué que sucedió que me encontraba con los pantalones hasta las rodillas bajo unos arbustos y ambos perros peleándose por ser el primero en montar sobre mis ancas, solo sentía como se turnaban para lamer mi culito, que ya correaba de saliba y con cada languetazo que subía desde mis testículos hasta mas arriba de mi canal anal me sorprendía lanzando gemidos de placer y mi cuerpo se estremecía involuntariamente y mi culo sufría incontenibles estertores de placer. No se cual fué el primero que osó ...
    ... montarme, lo cierto es que sus piqueteos desesperados no lograban su objetibo y yo en mi desesperación lo tomé por detrás de su bola y lo dirigí directamente en mi ojete, con la primera estocada mi boca se abrió , yo creo, tanto como mi culo al sentir como su verga ardiente como una braza me entraba hasta el fondo, de pronto sentí como el perro me culeaba desesperadamente y su bola se inflamó como una toronja lo que impidió que se saliera, yo temblaba de placer mis piernas me desfallecían, los dedos de los pies totalmente abiertos en cada una de las clavadas hasa que el perro se detubo y se volvió culo con culo, totalmente abotonados, comenzó a llenar mi culo de semen, tan abundante que me salía a chorrillos por entre mis nalgas taponadas con su bola, el otro perro por entre las mata me lamía el rostro y jadeaba desesperadamente, yo le jalaba su pija casi totalmente fuera de su capullo. Hasta que luego de un fuerte sonido como de tapón liberado el primer perro se despegaba de mi culo totalmente abierto y chorreando semen. Casi al instante, y como siguiendo una orden el otro perro, sin dejar ni siquiera tiempo de acomodarme, aún sintiendo el aire frío entrando en mi culo que no alcanzó a cerrarse, se abalanzó sobre mis nalgas y sus manos me aprisionaron sobre mi cintura y con un fuerte tirón me envainó su pija, oiganlo bien ¡Hasta el re-mismísimo fondo! sus testículos chocaron violentamente contra mi rajita, he increiblemente comenzó un mete y saca muy lentamente (casi humano) y ...
«12»