1. La chica del camping


    Fecha: 08/12/2018, Categorías: Masturbación Sexo en Grupo Lesbianas Autor: aboixbcs, Fuente: xHamster

    ... empecé a ver.Eva había comenzado a acariciarse la tripa mientras seguía tumbada boca arriba y con los ojos cerrados. Se empezó a acariciar un pezón y, poco a poco, fue abriendo las piernas mientras que su otra mano continuaba sobrevolando su bajo vientre. Por el motivo que fuera, no cabía lugar a dudas de que Eva se estaba poniendo cachonda.Salí del agua y me fui acercando hasta ella. Sus manos habían bajado ya a su entrepierna y se acariciaba el interior de los muslos a la par que pasaba los dedos muy cerca de su sexo. Sus labios vaginales se estaban abriendo y, de su interior, ya se podía apreciar el brillo de sus fluidos al sol. Abrió los ojos y me vio.-Es que no he podido evitar acordarme de la primera vez que me hicieron lo de la arena y una cosa… pues ha llevado a la otra… -empezó a decirme -… A todo esto… ¿Por qué te has salido tan pronto?... Si acabas de meterte en el agua…-.-Es que te he visto, me ha venido a la memoria el polvo que estaba recordando cuando me has hecho lo de la arena y me has dado envidia… Por no sé qué extraña razón a mí también me han entrado ganas de darme un caprichito y, en vista de que somos iguales hasta en esto, pues me he venido a que me hagas un hueco en la toalla. Si no te importa…-.Me tumbé a su lado, con la toalla debajo de nuestros culos, y cerré los ojos para volver a traer a mi mente las escenas sexuales de uno de esos polvos que se te quedan grabados en la memoria porque fueron maravillosos. Poco a poco la excitación me fue ...
    ... subiendo la temperatura y, finalmente, también comencé a acariciarme mientras recordaba aquellas escenas.No me importaba que Eva estuviera a mi lado. Antes de estar con Iván, cuando yo aún era una tía loca y divertida, ya me había masturbado más de una vez con alguna que otra amiga. Así que no me resultaba ni incómodo ni extraño. A Eva, por su parte, tampoco parecía importarle puesto que había tardado bastante poco en continuar por donde lo había dejado antes de que abriera los ojos y me viera.Tiradas en la toalla, Eva y yo fantaseábamos con alguna experiencia vivida y nos dejábamos llevar por las imágenes que construíamos mentalmente. Yo estaba recordando un polvo que echamos en la playa Iván y yo al principio de estar juntos y que fue espectacular. De noche entre unas barcas, escondidos para que nadie nos viera y que, al final, terminó siendo casi una sesión de exhibicionismo cuando, con una fogosidad desmesurada, terminé cabalgándolo sobre una de las barcas.El recuerdo de lo que sentí en aquella barca sumado al trabajo que mis dedos ya estaban haciendo sobre mi húmedo clítoris me permitió volver a sentir aquellos latigazos de placer y, suavemente, empecé a jadearlos. Automáticamente mis piernas se flexionaron en el aire, totalmente abiertas, y comencé a acelerar el movimiento de mis dedos. Acababa de empezar la imparable carrera hacia el orgasmo.En el aire sentí el roce de la pierna de Eva contra la mía y la miré. Estaba en la misma postura que yo y, a juzgar por el gesto de su ...
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