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Shewolf (II parte)
Fecha: 16/10/2017, Categorías: Incesto Autor: karellen, Fuente: RelatosEróticos
Shewolf (II) El marido de su madre. Para cuando conseguí reunir la entereza suficiente para salir de aquel psiquiátrico como si siguiéramos siendo una familia normal, el sol ya había recorrido la mitad de su camino en el cielo. Conduje despacio a través de aquel paraje de altos pinos y marcadas curvas, mientras mis manos agarraban con fuerza el volante que soportó toda la tensión de mi cuerpo en el más absoluto silencio. Los pensamientos viajaban del cerebro a mi garganta intentando articularse en palabras, en un ciclo continuado que no dio más resultado que un incómodo silencio. Al final fue mi mujer la que en un intento de recuperar la normalidad rasgo el silencio con una afilada pregunta. - ¿pero qué piensas Paco? Por dios dime algo� -suplicó - Qué quieres que te diga�mi vida se ha derrumbado en ese despacho. Resulta que fuiste víctima de una violación por un familiar tuyo y nunca me has dicho nada. - Sólo tenía 18 años �replica mi mujer. - No te estoy recriminando eso. Bastante duro tiene que haber sido para ti, pero no decirme nada en todo este tiempo me convierte a mí en una víctima de nuestro matrimonio ¡Y encima tuviste una hija que ha estado ahí encerrada durante todos estos años! Perdona que me ría pero la situación me resulta absurda. Es casi el guión de una comedia de mal gusto. Ninguno de los dos pronunció una sola palabra durante el trayecto de vuelta a casa. Los únicos ruidos que se atrevieron a mancillar el sepulcral silencio impuesto, fueron el traqueteo ...
... continuado del coche sobre la carretera mal asfaltada, y el ruido apagado de la música que provenía de los cascos de nuestro hijo Miguel. Éste no dijo absolutamente nada. Se había guardado la fotografía de su hermana recién descubierta en uno de sus bolsillos y la miraba ahora a la joven retratada con aire hipnótico. La camisa de fuerza, el pelo rapado y esa mirada felina en sus ojos la conferían un toque antinatural. Me recordaba mucho a la joven Sinead o'connor en sus buenos tiempos. Llegamos a casa bien entrada la tarde. Al entrar a casa el ambiente familiar me golpeó con la fuerza de un puño atrayéndome a la nueva realidad que se nos dibujaba. El coche de la policía dormía en la calle con los rotativos puestos. Por lo que nos habían dicho las primeras horas serían cruciales para recuperarla y devolverla al cuarto vigilado del que nunca tendría que haber escapado. La patrulla de vigilancia permanecería unos días allí ya que al parecer Elena está considerada como una enferma mental muy peligrosa. �Paranoia esquizoide sin remisión parcial o completa� eso es lo que había dicho el médico� de pronto ese diagnóstico se me clavo como un puñal, y sentí la imperiosa necesidad de salir corriendo de allí. Hice una maleta con lo básico a la que añadí mi ordenador portátil como un extra. Le dije a mi mujer que lo sentía pero que tenía que pasar la noche en otro sitio y pensar con tranquilidad en todo lo que había pasado. Vi las confundidas de mi mujer y mi hijo en el salón de casa antes de ...