Manolo nos llevó a un club de intercambios - Relatos Eróticos

Manolo nos llevó a un club de intercambios

... parecíamos novatos. Añadió que les gustaban los hombres que decían la verdad a la vez que apretaba su cuerpo contra el mío. Mientras tanto vi que mi mujer bailaba con un tipo fuerte y apuesto que le pasaba las manos por todo el cuerpo. Mi mujer parecía cortada pero se esforzaba en sonreír. No me sorprendí Después ya no volví a verla hasta que besándole la oreja a Teresa le prometí volver a ver como estaba dentro de un rato, ella es liberal, quiere follar con quien quiera pero le gusta que este enterado de todo. A la media hora encontramos Manolo y Teresa y yo en la barra. Manolo y yo miramos a mi esposa mientras ella sonreía un poco forzada y no decía nada. Manolo volvió a tomar la iniciativa. Propuso despreocuparnos los unos de los otros. Mi mujer dijo que, sin embargo que no quería volver muy tarde a casa. Los tres fuimos hacia la zona de baile. En la poca luz de la sala me fije que había varios bancos y mesitas alrededor de la pista. Antes no me había dado cuenta. En los bancos empezaban los morreos, las metidas de mano y ligeramente el despelote y algunas mujeres estaban ya chupando las pollas de algunos, mire a ver donde estaba Teresa Teresa, seguía bailando y al terminar la pieza me acerqué y le pedí que siguiera conmigo. Ella puso cara de estar encantada y al empezó a sonar la musica y nos quedamos totalmente pegados uno al otro. Para mí sorpresa me di cuenta que no me importaba en lo más mínimo que estaba haciendo mi esposa y me concentré en el abrazo de mi pareja ...

... de baile. Al final del bolero Teresa me dijo: - Al final se te ha puesto dura – mientras me acariciaba suavemente el paquete sobre los pantalones. Era cierto. Tenía una semi erección. Ella me tomó de la mano y me llevo a una sala contigua que estaba oscura. Era larga y a un lado habían quizás unas diez camas, una junto a la otra. En cada extremo había un grupito que gozaba de su orgía particular. Nos dirigimos hacia un lado y allí estaba Manolo con Amalia y otra pareja. Se habían dado mucha prisa. Los cuatro estaban desnudos y mientras Manuel lamía el coño de mi esposa, el desconocido la besaba en los labios. La otra tia se encargaba de lamerle y besarle los pechos. Si traía la polla dura, aquello me excitó del todo. Miré a Teresa y ella sonreía. - Sabía que te gustaría verlo – me dijo. - ¿Y a ti que te gustaría? – Le pregunté. Su respuesta fue bajarse los hombros del vestido, quitarse lentamente el sujetador y después tenderse en la cama de al lado. Terminó quitándose las bragas. No sé cuando se había quitado pero los zapatos pero ya no los llevaba puestos. Me acerqué a ella y me ayudó a desnudarme a mí. La besé con suavidad en el cuello y la cara. Ella me cogió la cabeza con ambas manos y me apretó con fuerza contra sus pechos, más bien caídos pero grandes, redondos. Me siguió guiando la cabeza hasta llegar a su sexo donde me apretó con fuerza y me dijo: - Chupa con fuerza, como le están comiendo el chocho a la puta de tu mujer. Me giré y miré. Efectivamente. Manolo y su ...