Dulce y amarga amistad (08)
Fecha: 16/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... Demian. Habían pasado más de seis años de aquel día y parecía que todos guardábamos en la memoria aquel recuerdo. Llegó el momento de la despedida y Alfonso me abrazó sollozando, con promesas de vernos cuando pudiéramos y permanecer en contacto, Demian, tan mayor, solo le dio la mano y Álvaro se quedaba hasta que sus padres fueran a recogerle como habían quedado. Demian ya tenía coche, en esos seis años se había reconvertido, del chico guapo y larguirucho que enamoró a un niño cuando se vieron por vez primera, ahora resultaba un hermoso muchacho grande y fuerte, con cara y actos de niño a veces. -Te llevo a tu casa. –Iba a despedirme de él para llegar a la cercana boca del metro. Se había quedado parado, le miré entornando los ojos, aquel niño al que un día enamoró aún le seguía amando. Sabía que era imposible y lo mejor era alejarse, me iba a disculpar cuando me sujetó de la mano. -No te resistas, ven conmigo, no vas a ir en el metro teniendo el coche aquí cerca, lucía su bella sonrisa de dientes blancos sobre su morena piel, donde comenzaba a competir el color con su negra barba. Y cometí el mayor error de mi vida, volver a permitir que mi corazón latiera a un ritmo acelerado cuando acepté la invitación. Montamos en su coche que de verdad estaba cerca, aunque fuera en la segunda planta del parking del hospital. -Lamento lo de tu novio y que os tengáis que separar de esta manera. –No le respondí, pensaba que acaso fuera mejor así, aunque quería a mi amigo con el que tantos ...
... buenos ratos había pasado. Demian miraba a veces mi gesto adusto girando la cabeza. -Debes quererle mucho, amarle con todas tus fuerzas. –Me sentí desconfiado, nunca había visto en Demian muestras semejantes de solidaridad. -Pues claro que le quiero aunque no haya sido mi ideal de novio. –Bajó la velocidad del coche para mirarme con detenimiento. -¿A qué te refieres?, siempre pensé que erais dichosos y estabais enamorados. –No sabía cómo podría sentarle mi confesión y ni siquiera si le interesaba pero hablé. -Alfonso es pasivo y yo me considero igual, he tenido que actuar de activo todo el tiempo con él y de verdad no es exactamente lo mío. –Estábamos hablando de cosas que creía imposibles compartir con Demian aunque ya pocas cosas me importaban. Apartó el coche de la circulación y lo detuvo. -Jesús, me gustaría que…, si tú quieres, poder intimar más, ahora estas pasando un mal momento, quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites…, como un amigo. Entonces estalló el dolor de la separación, lo que había ocultado durante esos días haciéndome el fuerte, llevándolo en mi pecho para que nadie lo notara, le miré con ojos diferentes y comencé a llorar. Me abrazó contra su pecho y pude sentir su amistad, el apoyo incondicional que me brindaba. No era suficiente para igualar lo que yo sentía por él pero al fin tenía un consuelo. Habían sido días de dar vueltas en mi cabeza a lo que representaban estos acontecimientos y sentía verdaderamente la separación de Alfonso, hasta ...