Mi cuerpo y yo
Fecha: 17/10/2017,
Categorías:
Autosatisfacción,
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Al principio me obsesionaba con dormir desnuda, cuando lo hacía encontraba muy satisfactoria la experiencia de rozar mi cuerpo con las sábanas. Imaginaba que un hombre me tenía secuestrada y que pronto vendría a hacerme el amor. En mis historias yo quería estar desnuda pero no podía quitarme la ropa porque él me tenia atada... le suplicaba que me desnudara y que me poseyera pronto. Quería que lama mis pechos y acaricie mis nalgas. Pero todo quedaba ahí, terminaba dormida teniendo un sueño muy húmedo. Luego frotaba mi clítoris con la cabeza de un adorno pequeño. Hasta ese momento no recuerdo haber llegado al punto máximo, pero me encantaba frotarme hasta quedar dormida. Tiempo después una amiga me dijo que si ponía mi clítoris debajo del chorro de la ducha se tenían orgasmos y ahí empezó todo... lo intenté y me encantó. Lo hacía todo el tiempo. Después decidí buscar nuevas técnicas porque no era tan fácil estarme duchando tantas veces al día... ¡jajá! Así que comencé a probar frotándome el clítoris contra un pequeño muñeco de tela, primero me tomaba mucho tiempo llegar al máximo, ya yo no me contentaba con solo frotarme y dormir... ¡ahora quería un orgasmo! Así que probando movimientos llegaba y llegaba, y era lo máximo. Hasta ahora practico esa técnica: desnuda, me tiendo boca abajo y coloco bajo mi clítoris un trapo o un muñeco, y comienzo a moverme generalmente de derecha a izquierda o en círculos; aunque algunas veces lo hago de arriba a abajo, pero no me gusta mucho ese ...
... movimiento. Me gusta rozar la punta de mis pezones contra la cama, eso me excita mucho. A veces inicio así o viéndome en un espejo en esa posición... ver la expresión especial en mi rostro y mi cuerpo desnudo me excita sobremanera. No puedo masturbarme boca arriba, sólo lo logré hacer una vez después de ver una película pornográfica, me gustó pero cuando quiero repetirlo no me es muy fácil, así que siempre regreso a lo anterior. También me gusta hacerlo de pie y rozar mis pezones con la pared, aunque en invierno es muy frío, pero si estoy bastante excitada no hay problema. Al hacerlo de pie puedo tocar mi cuerpo con mucha facilidad, acaricio mis pechos, lamo mis pezones, junto y separo mis nalgas... tengo las manos libres porque mi clítoris se frota con un trapo que se sostiene con la pared. A veces lo hago sentada sobre una almohada: desnuda con las piernas abiertas y la almohada entre mis piernas me muevo rítmicamente... aunque me tarda mucho más, es muy satisfactorio también... pero siempre debo rozar mi pecho contra algo. Si no, no llego al máximo. Creo que mi pecho es mi mayor zona erógena, me encanta tocar mis pezones, besarlos, lamerlos... me excita muchísimo. A veces les pongo aceite y los rozo contra las mayólicas del baño, es un buen preámbulo para lo demás. Creo que me gustaría tener pechos más grandes, aunque la zona sensible es mi pezón y estos si que son enormes, pero si mis pechos fueran más grandes seria más fácil besarlos y lamerlos yo misma. Aunque la verdad ...