Mi abuelo me inició
Fecha: 20/12/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... gustaba sentir sus manos ásperas, recorriendo mi piel blanca y suave de nene de 7, ese nene que es hijo de su hija. A mi me gustaba lo que sentía, era algo nuevo para mi. Sentía como si “estuviera en un sillón vibrador”, era como un juego inocente. Pero mientras yo sentía que estaba en una “montaña rusa”, mi abuelo me bajó suavemente de sus piernas, y me pidió que me saque la ropa. No sé cuál fue mi motivación, creo que estaba acostumbrado a hacerle caso a mi abuelito, y tenía confianza con él, ya que era el encargado de cuidarme. Con lo que implica eso, debía darme alimento, llevarme y traerme de la escuela, bañarme y ocuperse de hacerme dormir. Mi abuelo era jubilado, por lo que podía cuidarme siempre. Me quité la playera, mientras mi abuelo me acariciaba la espalda, y recorría todo mi cuerpo. Yo estaba parado delante suyo mirando hacia el televisor, dándole la espalda, yo le hacía caso, para mí era una especie nueva de “darme cariño”, (de hecho, lo era xD). Y luego bajé mi pequeño short, seguido de mi slip de batman. Sentí a mi abuelo que “alargaba más sus caricias”, sus grandes manos recorrían desde mis pequeños hombros hasta mis nalguitas redondas y blancas, un culto bastante paradito donde mi abuelo se quedó acariciando con sus manos un tiempo considerable. Yo sentía rico, esas manos grandes y ásperas me masajeaban todo el cuerpito. Y una sensación que no entendía, generaba que mi penecito esté duro. Yo - “Abu, qué haces?”. Le dije con voz inocente, y sin quitar la ...
... mirada de la TV. Abuelo - “Te hago masajes, te gusta?”. Me respondió hábilmente. Sin dejar de manosearme todo, incluso hasta donde no da el sol. Yo - “Si, me gusta… Para qué sirven los masajes?”. Le pregunté nuevamente, contento porque me sentía querido y cuidado. Abuelo -”Sirven para que tu cuerpo se relaje, y para que no estés estresado”. Me respondió con voz suave, y recorriendo con sus dedos mi raja. Sentía cómo sus dedos separaban mis nalguitas con cuidado, y cómo me tocaba mi pequeño y virginal asterisco. Mi abuelito se puso lentamente de pié, y sin quitar una mano de mi cuerpo, utilizó la otra para bararse su short, sin la necesidad de bajarse el calzón ya que no traía. Se sentó nuevamente en el sillón, y colocó sus dos manos en mis caderas acercándome hacia él. Yo estaba de espalda, no vi cuando se bajó el short. Me pidió que me siente de nuevo en sus piernas, yo estaba comtentl pero “me hacía el distraido”, disfrutando de las caricias de mi abuelo, sin dejar de mirar el programa cómico que me gustaba. Algo en mí me decía que no debía mirar a mi abuelo, que continuara con mi vista hacia la TV. Me senté en las piernas de mi abuelo, ésta vez mi abuelo me acomodó arriba de su verga. Fue cuiriosa la sensación de sentir ese pedazo de carne que tenía el ancho y largo de mi antebrazo. Unos 18 cm, más o menos. La sentía bien acomodada entre mis nalguitas, mi abuelo la fregaba y hacía movimientos de arriba a abajo. Yo sentí que se le iba poniendo húmeda, mi abuelito seguía con el ...