Anita pierde una apuesta
Fecha: 22/12/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Anita pierde una apuestaMi dulce mujercita había perdido una apuesta conmigo y ese sábado por la noche le dije que era el momento de pagar la prenda. Por una noche debía obedecer mis órdenes sin chistar…Le ordené que se vistiera como una puta callejera; falda corta, una blusa negra semi transparente, zapatos de tacos agujas bien altos y naturalmente, nada de tanga…Cuando la vi lista para la noche, tuve una tremenda erección. Pensaba llevarla a la calle en auto y entregarla para que la cogiera algún desconocido frente a mí; pero en ese momento sentí ganas de poseerla como nunca.Le dije que gateara hacia mí en cuatro patas y eso hizo, ronroneando felinamente. Cuando llegó a mis pies, levantó su cabeza y se encontró con mi verga bien erecta fuera del pantalón. Le ordené que me la chupara y apenas treinta segundos después de tener sus labios alrededor de mi pija, sentía que iba a estallar.La tomé por los cabellos y la hice montar sobre mi falda, dejando que ella misma se empalara a fondo con mi durísima verga.Me cabalgó unos diez minutos y finalmente exploté en un orgasmo incontrolable, llenándole su hermosa concha con mi semen hirviente.Ana no llegó a acabar y saber eso me excitó mucho más todavía, porque entonces sabía que su propia calentura iba a hacer que esa noche se entregara a cualquier extraño sin dudar.Ya que otro iba a usar su dulce y estrecha conchita, al menos así estaría bien lubricada de antemano.Salimos con el auto y nos dirigimos hacia las afueras, por la ...
... autopista.Me detuve en una estación de servicio donde sabía que seguramente habría hombres solos. Y efectivamente así era.En el estacionamiento había varios camiones de carga y entre ellos pude ver un grupo de tres hombres conversando en la oscuridad.Conduje hasta ellos y les dije que mi mujer era una puta que se encontraba a total disposición de los tres. Para que pudieran usarla a su antojo…La expresión en sus rostros me dio la pauta de que no me creían y pensaban que yo estaba bromeando; pero entonces todo cambió cuando obligué a mi dulce Ana a descender del auto….Ana miró fijamente a los tres hombres; se acercó desafiante a ellos y luego giró dándoles la espalda. Se inclinó hacia adelante apoyando sus codos sobre el capot de nuestro auto y separó ligeramente sus piernas, para que los tres hombres verificaran que no llevaba una tanga cubriendo su depilado pubis y su redondo y firme culo…Me imaginé que a esta altura, su concha ya debía estar bastante humedecida…Mientras los tres hombres abrían sus braguetas, Ana me miraba fijamente a través del parabrisas, dedicándome por adelantado el placer que estaba por recibir.Los hombres tardaron apenas segundos en ponerse de acuerdo para ver quién iba a estrenar ese regalo que les había caído del cielo sin siquiera pedirlo.El más pequeño de ellos se ubicó entre los muslos abiertos de mi dulce esposa, la tomó con firmeza por las caderas y muy despacio la penetró en dos tiempos…Anita abrió la boca y gimió suavemente, mientras mantenía sus ...