Fin de semana en el camping (I)
Fecha: 23/12/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Quedamos el viernes con una pareja muy amiga nuestra para que se viniesen al camping donde tenemos nuestra caravana para pasar el fin de semana, ya que, aunque el marido de ella y yo trabajamos juntos, la presión constante a la que estamos sometidos no nos permite conversar ni un minuto. Respecto a las chicas os diré que aunque tienen bastante tiempo libre, no acaban de congeniar, y, por lo tanto no suelen hablar ni quedar ellas solas, siempre que lo hacemos vamos los cuatro juntos. Alguna vez me he preguntado porque no se llevan del todo bien, ya que nosotros dos somos excelentes amigos, y la relación de cada uno con la esposa del otro es genial; sin lugar a dudas ha de tratarse de celos o algo similar. Deciros que la esposa de mi amigo Juan, Mari, ha sido mama hace unos pocos meses, y aun tiene en su cuerpo las secuelas de tan magno acontecimiento, su cuerpo se ha vuelto mucho mas redondeado, sus senos (ya de por si inmensos) han alcanzado cotas insospechadas para la mente humana, y su culo es un autentico monumento al morbo. Curiosamente a ella esta situación le ha hecho deprimirse algo, ya que no se siente tan atractiva como antes de quedarse embarazada. Este punto me sorprende negativamente, ya que aunque hace muchísimos años que la conozco y siempre ha sido una chica realmente explosiva que atraía la mirada de cualquier macho que pasase a su lado (incluso de mas de una hembra), es en la fase final de su embarazo y en la actualidad cuando realmente me he quedado prendado ...
... por su belleza; sobre todo desde el día en que la vi dar de mamar a su pequeña, sin lugar a dudas esos inmensos pechos coronados por dos pezones marrones oscurisimos me han dejado marcado para el resto de mi vida. Pues bien, todo se desarrollo con la normalidad y armonía que esperábamos. Llegamos al camping el viernes por la noche, sobre las 22 horas aprox. cargados con todos los bultos, que no eran pocos, por cierto. Acomodamos las cosas en la caravana e improvisamos una cena ligerita para engañar un poco a nuestros maltrechos estómagos. Las charlas entre los cuatro se veían continuamente interrumpidas por simpáticas risas, sin lugar a dudas lo estábamos pasando de maravilla. No paso demasiado tiempo cuando comencé a darme cuenta que mi querida y admirada amiga Mari y yo teníamos posibilidades de pasar un fin de semana especialmente "divertido". Ninguno de los dos nos quitábamos el ojo de encima, y en mas de una ocasión nos dirigíamos miradas que parecían decir devórame. Llegue a preocuparme por si su marido y mi magnifica esposa llegaban a darse cuenta de la situación y se mosqueaban, pero esto no ocurrió, porque la buena de Sara (mi esposa) era consciente de la atracción que Mari ejercía sobre mis hormonas masculinas y desviaba la atención de su marido ante el mas mínimo peligro. Seguramente os preguntareis porque mi chica podía saberlo, pues bien amigos, somos una pareja muy liberal a la hora de contarnos nuestras fantasías sexuales y no solemos ocultarnos nada. Nuestros ...