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La Gitana
Fecha: 25/12/2018, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... se retorcía de gusto porque yo la pajeaba con otra mano. Yo se lo dejé bien limpio mientras ella se corría como una loca. Se incorporó y nos quedamos frente a frente. Me dio un beso en la boca metiendo bien la lengua por todos los rincones saboreando su propia mierda. “De verdad que eres guarra, ¿eh?....Ahora te toca a ti, puta”, me dijo “Caga aquí” y me señaló el suelo. Yo me pude en cuclillas y me costó un poco pero al rato solté un buen chorizo. Ella lo miraba con interés. Me apartó. Se agachó y metió su dedo índice en el montoncito de mierda que yo había hecho. Cogió un poquito y se lo llevó a la nariz. Aspiró profundamente y dijo “No se que tiene la mierda de las payas que huele raro...” Y se llevó el trocito a la boca y se chupó el dedo como un manjar “Pero me gusta”. Después se sentó en la taza del water, cogió entonces un puñado de mi mierda y con la palma de la mano se la extendió por todo el coño. Después empezó a pajearse. “Tu, cerda, ponme el culo en la boca y échame algo que te quede”, me ordenó mientras se pajeaba cada vez más deprisa con el coño y la mano ...
... llena de mierda. Yo le ofrecí el culo y apreté todo lo que pude. Fue fácil porque me estaba metiendo la lengua hasta las entrañas. Debí echarle dos buenos trozos. Cuando terminé elle me relamió todo el culo y cuando me di la vuelta tenía toda la cara llena de mi mierda, pero no había trozos. Sin duda se los había comido. Poco tiempo después se corrió como una loca mientras gritaba “¡La puta que te parió, paya……! ¡Que mierda más buena tienes……..! ¡Que ostia de cagada más buena………..! ¡Ostias!..............¡Me corro, mamona de miedaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!...............¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!......” y efectivamente se corrió como una salvaje. Después de todo aquello estábamos hechas un cuadro, sucias hasta las cejas. Nos limpiamos como pudimos con el agua de la cisterna y cuando nos aseguramos que no había nadie fuera nos terminamos de lavar en los lavabos. “La puta que te parió, paya. No me había encontrado a ninguna tan guarra como tu…! Me dijo riendo. “Ni yo” le dije yo y volvimos a reír” Después nos despedimos y me dijo “Ven cuando quieras”. Seguramente volveré a verla.