Experiencia compartida - Relatos Eróticos

Experiencia compartida

... El dueño del nombre cada vez estaba muy nervioso - Por favor dejeme pasar, necesito verle -. El hombre volvió a mirarle y pensó que tal vez seria una buena idea así que le dejó entrar dentro Una vez ahí, Daisuke y Ken se encontraron, Ken estaba solamente con su camisa sucia defendiendose de los tocamientos y besos que el otro secuestrador le daba, estaba en una especie de colchón viejo - Quita tus sucias manos de él ahora mismo -. Daisuke se encontró de frente con el problema, al oir aquella voz los dos pararon. Ken estaba completamente sucio visiblemente cansado y con los ojos hinchados de haber llorado mucho, en definitiva, en malas condiciones - Daisuke -. Quiso salir de las manos de su enemigo pero este le atrajo de nuevo hacia él - ¿Tu quien eres? -. Mientras le hablaba no dejaba de tocar a Ken por todas partes, la expresión de este era puro miedo - ¿Te importaria dejar de toquetear a mi novio? Me molesta - Oh... ¿es tu novio? Que maravilla eso me motiva más para tocarle -. Y no solo le tocó, le agarró fuerte de la barbilla y le besó en los labios haciendo mucha fuerza, le mordía los labios haciendo que Ken soltara una poca de saliva y lágrimas de dolor por los ojos, tambien su pene iba siendo estimulado por el tocamiento de su secuestrador hasta tenerlo completamente recto - !He dicho que le dejes en paz! -. Quiso tirarse a por el hombre que estaba abusando de Ken pero el que le abrió la puerta le advirtió - No te conviene pelear con mi amigo, él es mas fuerte que ...

... tu ahora mismo, está muy necesitado de amor -. Los dos hombres se miraron y el que tenia a Ken le manoseo de manera bruta los pezones y paseó la punra de su grueso pene mojado de fluidos por el ano de este, al sentir aquella protuberancia tan gorda no pudo evitar contraer los musculos cada vez mas asustado - Será mejor que te relajes, esto va a entrar de todas formas, abre esas nalgas mi cosa peluda quiere entrar Pero Ken no podía relajar nada, el miedo le consumía. - He dicho que las abras -. Le tiró al suelo estampando Ken su cara contra el colchón, le atrapó las manos poniendolas hacia atrás y empezó a meter su pene poco a poco con un poco de esfuerzo - Daisuke ayudame... Por favor, te lo suplico -. La imagen era desesperante, Ken estaba suplicando por ayuda sin poder moverse totalmente, solo sus ojos lloraban por él, necesitaba darle su mano, sentir su tacto en su piel, pero no podía estaba atrapado, solo se oían sus jadeos y sus gritos de angustia llenos de lágrimas Aquello estaba empezando a salirse de control y habia que poner orden - Dejarle en paz por favor, esta sufriendo mucho, ¿es que no lo veis? - Primero danos lo que hemos pedido Daisuke tragó saliva, los minutos pasaban y la situación de Ken se volvía más complicada, estaba muy preocupado por él, no sabia que decir, el miedo le tenía bloqueado. - Dime ¿tienes el dinero? Tenía que hacer frente a esa pregunta, no podia echarse atrás ya, todo se estaba volviendo cada vez mas serio - Daisuke, di lo que sea, no me ...