1. Reacción biológica


    Fecha: 25/12/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... muchas veces en el sauna conversando de sexo los respectivos tomaban fuerza y era natural para nosotros andar con la pinga parada (yo particularmente no tengo rollos con eso delante de Cheo), y hasta ahí. De regreso traje dos birras más y el carajo ya estaba caso todo rasurado, piernas, bolas, encima de guevo y lo que le falta era pasarse bien la máquina, yo me tire en la cama y encendí la Tv y continuamos allí echándonos vainas: pareces una vaina rara le dije yo y el respondiendo con "guevon deja la joda es por la competencia que me exigen esto que es la ladilla mas grande..." Y le dije: tranquilo, ven acá. Yo sentado en el filo de cama y el parado en una toalla comencé a pasarle la brocha con espuma y luego la máquina poco a poco. Le dije en un tono – ya excitado – mira pana, sepárate las nalgas para pasarte bien por ahí y así lo hizo sin decir nada pero sabíamos que la vaina estaba candente, un pelo enrollado pero como éramos tan pero tan panas yo dejé pasar la cagueta y como un demonio yo lo empuje hacia mi y dejé que cayera sentado de culo en mi cara, metí mi lengua ...
    ... hasta el fondo, el carajo me arrancó los interiores y empezó a chuparme el guevo, las bolas y a pellizarme las tetillas... que sensación tan arrecha! Era una vaina como se explotara dentro mi y quisiera tragarme este carajo, pesado, caliente, físicamente muy armonioso – diría que hasta hermoso. Yo le dije en susurro: El me agarró y me empujo contra la cama, me abrió las piernas y me mamó el culo hasta que le dije YA PARA QUE VOY A ACABAR y paramos nuevamente. Le dije: Nos acomodamos y nos empezamos a mamar los guevos, metimos los dedos en el culo, nos restregamos durísimo, mordimos los pies, chupamos bolas, las tetillas ricas y duras y una jamoneada que la lengua nos llegaba a la garganta al mismo tiempo que nos pajeábamos hasta que nos miramos y suas, el lechero brinco por los pechos de los dos caliente y con fuerza hasta la cara. Nos restregamos durísimos, nos lamimos y me quedé encima de él con media risa los dos... Le dije: Nos bañamos, nos vestimos y nos marchamos a rodar por Caracas hasta tarde de la noche... ni una palabra sobre lo que sucedió y mejores panas aún. 
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