Mi mujer y su padre - Relatos Eróticos

Mi mujer y su padre

Hola amigos, en los relatos anteriores, ya saben quería que mi mujer fuera follada por otro, no pensé que esto llegaría a tanto, después de follarse a su hermano y al marido de su prima, no pensé que esto llegaría a esto. En esta ocasión ya no era yo quien le propusiera esto que pasare a contarles, sino ella misma, sin imaginarme de quieeria su próxima víctima, y en verdad no se me paso por la cabeza, ni en las más fantasías que he tenido de quien se pueda follar a mi mujer. Esto es cosa de locos, ella quería que su propio padre fuera quien quería que se la folle convirtiéndola en una puta incestuosa y capaz de hacer realidad sus placeres que le pasa por la cabeza, desde el día que se la follo su hermano y primo, ella ha desarrollado mas ese cuerpo tan espectacular que tiene, dejándole unas caderas más anchas un culo redondo y grande, claro no muy exagerado pero si más espectacular que antes y las pequeñas tetas que tenia se le ha aumentado mas, la verdad que buenas manos tienen esos cabrones está hecha una diosa, ahora su fantasía de querer ser follada por su padre era algo más delicado, ya que su padre es muy pero demasiado serio, y no le gustaba que le anden en pendejadas, y asi comenzó el plan de mi mujer, mi suegro que es viudo desde hace muchos años y por su carácter parece que no come un buen culo desde entonces, dependía mucho de su madre, ella prácticamente le hacía de todo, le lavaba le planchaba le cocinaba, y aquí viene la seducción hacia su padre. Ella lo llamaba ...

... diciéndole que deje a su madre descansar y que ella se encargaría de él, y de sus cosas, ya que él trabaja solo de lunes a viernes y tenía libre sábado y domingo, en los días laborables él iba a mi casa a cenar, mi esposa lo esperaba con diminutos vestidos que no dejaban nada a la imaginación, con unos hilos dentales que a lo mucho le tapaban la rajita depilada que tiene, mi suegro muy suelto le gritaba muy serio. —porque andas asi eh, pareces una puta... Ella solo atinaba a decirle que asi se sentía cómoda y que estaba en su casa, con el pasar de los días, mi mujer solo se ponía un top sin brasier haciéndole que se le sobresalga esos deliciosos pezones que por lo excitada que andaba se le notara un diminuto hilo, mi suegro ya viéndose en esa situación me decía que porque deja que ande asi por la casa, a lo que yo le decía, vamos suegro ella se siente cómoda asi y que no había ningún extraño en casa solo los dos. En esos días la confianza se salía un poco fuera de control, ya mi mujer comenzaba acercarse a su padre con ropas diminutas ella se le acercaba se sentaba en sus piernas y lo abrazaba, se recostaba en su pecho y le daba besos en el cuello el olvidándose de que era su hija y que yo estaba presente le palmoteaba las nalgas, ella haciéndose la inocente le día... Papi porque me golpeas mis nalguitas, el sonriendo le decía: —discúlpame princesa... Lo hice sin querer... Ella con una mirada picara le respondió... —ok papi no te apenes mañana te espero para lavar tu ropa... ...