Vejetes calientes - Relatos Eróticos

Vejetes calientes

... con sus vergas, si les aguantaba a sus edad. Con el corazón en la boca pase lentamente frente a ellos, acercándome para que dijiesen algo… - Se fueron tus amigos? Al escuchar a uno de ellos me detuve enseguida. - Si iban por una cervezas. - Y tu no bebes? - Si, pero ni tengo dinero. - Bueno, nosotros también nos vamos. En eso noto que uno de los vejetes le costaba realmente ponerse de pie y le ofrecí mi ayuda. - Gracias muchacho, mi rodilla siempre me da problemas. - Yo lo ayudo, no hay problemas. Ya de pie se despidió de sus compañeros marcando solo. Los otros dos me miraron y se miraron entre sí. Como diciendo si sale, sale. - Eres muy rico flaquito, quieres venir nosotros? Yo abrí bien los ojos y no pude evitar calentarme mas, quería que los acompañase a quizás que cosa. Inspirando fuerte por la nariz respondí - Ya pues. Sus expresiones cambiaron distintamente mientras uno sonreía el otro tenia una mirada incisiva mientras se mordía su labio inferior. - Vamos a mi casa, si preguntan eres mi sobrino. Acompañe al par de viejos detras de ellos mientras íbamos por la plaza. Al llegar a la esquina y esperar el verde me decían. - Te gusta la verga, cierto? - Ehm, si. Tengo poca experiencia si. - A si?. Mmm nosotros te vamos a ayudar. No tienes problema con nuestra edad? - No, mejor para mi. Eso era cierto, me daban más confianza los maduros. Se posicionaron dejándome al medio. - Cuantos años tienes? - 20. - Mmm que rica esa edad. Estudias? - Si, en la capital. - Tienes novia ...

... allá? Dijo el que parecía más caliente, aquel moroboso de mirada intensa. - No. - Novio? - No, me gustan los encuentros nomas. Íbamos a paso rápido y entramos a un condominio muy espacioso. - Mi nombre es Patricio. Dijo aquel viejo más entusiasta, el era de cabello y barba corta y completamente blanca y más maciso que el otro. - El mio Juan, respondí. - bien Juan, cualquiera cosa, tu eres mi nieto de la capital. - Ok. Pasamos por el lobby rumbo al ascensor. No estaba el conserje en su puesto. Entramos en el ascensor marcando 4 piso. En eso el viejo más morbo se pone pegado a mi y frotando su mano en mi culo me dice - Me llamo Raúl y me tenes recaliente flaquito. El parecía más joven, era flaco, moreno y de pelo gris. Con su manota metía sus dedos sobre el pantalón, directo a mi ano. El ascensor se abre y apartándose un poco nos dirigimos a la puerta el 404. Al entrar vi una gran espacio, living, con una gran tele un par de bergeres y un sillón grande al cual me dirigieron. - Te traigo una cerveza, Juan? Pregunto Patricio - Bueno Patricio, gracias. - Ok, pero dime pato ya. Sentado junto a Raúl, no pierde tiempo e intenta besarme. Yo respondo tímidamente mientras se abalanza sobre mi, abro mi boca aceptando su lengua que fuertemente se junta con la mía, yo me dejo más que nada y el con su mano en mi nalgadas, trata de apretarla. - Oh estas tan rico. Me besa la cara, pasando su lengua por mi mejilla hacia la oreja, la cual.tambien besa. Al besarme el cuello me desato de mi timidez ...