Mi tía Lucia. Madura complaciente ( II )
Fecha: 27/12/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: cartuz, Fuente: RelatosEróticos
... la carrera entre a la casa me fui al tendedero y cogí uno de mis bañadores, con toda la intención cogí uno tipo slip, el más corto. Salí y me metí en el agua, ayudándole a subir, que costo un montón. Todos aplaudieron y aproveché para darme un buen chapuzón y salí del agua. Cuando lo hice Nani la mujer de Luis que estaba “alegrilla” por la bebida, dijo que si lo llega a saber se cae ella también al agua, Isabel fue más descara con sus comentarios. Mi tía como con un ataque de celos se fue rápida por una toalla y me la dio. Tenía cara de pocas amigas. Pero a cualquiera de ellas no me hubiera importado follármelas, pero la que más me volvió a llamar la atención fue Susana, su mirada no era normal. O era mi imaginación o la notaba totalmente libidinosa. Y cuando se cruzaron nuestras miradas varias veces por lo menos por mi parte saltaron chispas. Decidí hacer un acercamiento a ella, pero sin descartar a Isabel la que veía más lanzada. Mi tía al momento me dijo que mejor que me fuera a vestir, a lo que la respondí que luego, que todavía me daría otro baño y varias de sus amigas al unísono dijeron… deja al sobrinito así, que nos alegremos la vista. Mi tía sonrió, pero una sonrisa totalmente falsa. Se acercó y al oído me dijo… -Cuidado con esa que es una arpía. (Refiriéndose a Isabel) -Pues la veo muy graciosa, se ve que es divertida. -Es un putón, o no ves cómo te mira. -O es tu imaginación o que estas celosilla. -Celosa… ¿yoooo? Haz lo que quieras. Tú mismo. Como pusieron música, ...
... nos pusimos a bailar y como los hombres se fueron a otro lado, quede yo solo con ellas. Yo con la toalla puesta en la cintura, bailaba con ellas. Alguna aprovechaba para acercarse más de la cuenta, yo me daba cuenta perfectamente y el alcohol que llevaban las hacían más lanzadas, todas menos Susana. Pero no quitaba ojo. Mi tía tampoco. Me apetecía follar un montón, con la tontería me había puesto caliente, como alguna se pusiera a tiro, no dejaría pasar la oportunidad. De pronto dijeron de darse un chapuzón, yo me alegre porque creía que se lo darían en ropa interior o desnudas, pero mi chasco fue, que se había traído bikinis todas. Vaya faena pensé. Mientras se fueron a cambiar, me acerque a donde estaba mis tíos y los amigos, estaban “ciegos”, madre mía como estaban. No sé cómo lograban entenderse, porque todos hablaban con la lengua trabada. Así que me volví a la piscina y me senté en un butacón grande de jardín, que era muy cómodo. Fueron llegando todas en bikini, unas con pareo y otras sin él, pero he de decir en justicia que ganaban más en bikini que vestidas. Se fueron sentando todas, llego Isabel, estaba imponente y como estaban todas muy apretadas, no se le ocurrió otra cosa que sentarse encima de mis piernas, mirándome me dijo que pesaba poco. Yo quede callado, lo cierto que se sentó encima, pero con mucho cuidado y justito en las rodillas. Mi tía no dejaba de mirar. Una saco tabaco y ofreció, Isabel se levantó cogió un cigarro lo encendió y volvió a sentarse, pero ...