esas fotos ocultas en mi cámara... - Relatos Eróticos

esas fotos ocultas en mi cámara...

Estaba cursando el primer año de Abogacía y llevaba un par de años noviando con un muy buen chico, demasiado bueno para mí…Yo cogía con otros, generalmente un par de amigos conocidos de la escuela secundaria, cuyas vergas me volvían realmente loca…A uno de ellos le gustaba tomar fotos mientras cogíamos; decía que eso lo excitaba y además podía pajearse mientras esperaba encontrarse conmigo. Yo le exigí que fuera discreto y que jamás le mostrara esas fotos a nadie.Una tarde estaba sola en mi casa, cuando sentí una calentura tremenda. Me saqué la tanga en mi cama y comencé a masturbarme furiosamente. Después de la segunda acabada decidí tomarme fotos para mostrárselas a mi amigo. Ubiqué entre mis muslos abiertos la cámara de fotos en automático y comencé a meterme los dedos para lograr un tercer orgasmo.En menos de dos minutos acabé otra vez. Me recliné hacia atrás sin sacarme los dedos y sentí que mi concha explotaba como un volcán. Mojé las sábanas con mis flujos, me estremecí temblando, apretando los dientes para no aullar como una perra y finalmente caí hacia atrás, totalmente exhausta.Cuando recuperé mi respiración, abrí los ojos y encontré el desastre que había provocado entre mis muslos. Los flujos habían caído directamente sobre la cámara de fotos, que ahora abría y cerraba la lente sin control.Traté de recuperarla lo más rápido posible: la lavé con alcohol. Le saqué la humedad con un secador de pelo, la metí en un frasco con granos de arroz; pero todo fue inútil. ...

... Mi pobre cámara estaba arruinada.Al día siguiente se la llevé a un amigo de mi madre; fotógrafo profesional, que tenía un local cerca de mi casa. Estaba segura de que él podría solucionarme el problema. Me dijo que seguramente podría recuperarse, pero me advirtió que costaría un poco caro. La tendría lista al día siguiente a última hora.La tarde siguiente, mientras estaba cursando en la Facultad, recordé las fotos guardadas en la cámara y pensé que Eduardo podría verlas; pero no me preocupé demasiado…Al regresar pasé por el local de fotografía y allí encontré a Eduardo esperándome con una especie de sonrisa libidinosa pintada en la cara.“Ay, nena… no me imaginé que serías tan atrevida…” Dijo sonriendo.“Por qué?” Le pregunté haciéndome la distraída.“El que aparece en las fotos es mi sobrino Javier? Inquirió ahora muy serio.Pero no era Javier, mi noviecito… Además se veía a dos flacos diferentes que me culeaban salvajemente… nada que ver con su sobrinito…“Vas a contarle a Javier?” Le pregunté, poniendo cara compungida.“Ah, eso ya tiene otro precio…? Me dijo, volviendo a sonreír.“Y cuánto sería eso… ya me dijiste que el arreglo era caro…” Respondí.“Podrías chuparme a mí y todo quedaría saldado…” Dijo muy suelto…Le propuse entonces que en primer lugar él debería lamerme la concha, solamente lengua, nada de dedos. Si lograba hacerme acabar y aullar como una perra en celo en menos de tres minutos, entonces yo lo montaría hasta hacerlo acabar a él y el arreglo de la cámara sería ...