Tres amigos 5
Fecha: 29/12/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... la metió, no sin cierta protesta por parte de éste último, pero yo le aseguré que luego sería su turno. Así fue, entonces cambiaron de lugar y mientras Santiago me la mamaba, Juan se dio el banquete con su culo. Esto lo hicimos nada más que 4 ó 5 veces en todo el tiempo que estuvimos juntos, que fue bastante. Una vez, ya casi cuando dejamos de reunirnos los cuatro y que los tres muchachos eran adultos, volvieron los dos. La verdad es que el cambio de Juan entre las piernas era asombroso, de ser el que más pequeña la tenía cuando nos conocimos, pasó a tener una tranca de no menos de 20 cm y con un grosor considerable, sus huevos le colgaban como a un toro, grandes y gordos y hacían un buen juego con su tremenda pichona. Por su parte a Santiago le había crecido, pero no en esa cantidad, pues tendría unos 18 cm. Seguía siendo recta como una vara de medir y con un grosor aproximadamente como la mía, aunque yo tenía solamente 16 cm de picha, pero la cabeza era más gorda que la de éste último y su parte más gruesa era en el centro. Nos pusimos a ver una película que me habían prestado y con el monitor alumbrando bastante, le saqué la picha a Santiago y comencé a mamársela y luego me paré, fui hacia atrás donde estaba sentado Juan (mirando por entre nosotros dos), se la saqué y le di su dosis. Luego me paré y se las fui pasando alternativamente a uno y otro y logré que los dos se pusieran a mamar a la misma vez. Uno en la cabeza y otro en el tronco, iban cambiando y ...
... el de arriba pasaba para abajo y viceversa. Cuando chocaban en el medio, se ponían a rechupetearse los labios con mi picha en el medio. Después de un rato, los puse a los dos de pie y me metí sus dos trancas en la boca y como pude se las chupé, pues la verdad es que con la de Juan había más que de sobra para una boca. Lo bueno fue que los puse a ellos a hacer lo mismo, es decir, que al final, los tres habíamos tenido un par de pingas a la misma vez en la boca. Se la metí un rato a Juan y cuando fui a hacer lo mismo con Santiago, se negó diciendo que no estaba bien, sin embargo al rato se disparó el tremendo morrongón de Juan, claro que con buen trabajo, con bastante crema y con abundantes quejidos de su parte, pero logró metérsela completa. No sé cómo lo hizo, pero al final se veía feliz de haberlo logrado. Juan por su parte estaba encantado, pues casi nunca había clavado en nuestras reuniones. Yo aproveché y se la volví a meter y ahora me vine dentro de él. En otras dos ocasiones nos volvimos a reunir y en las tres estuvimos mamando y singando y estas dos veces con las luces encendidas, pero ese fue el final de ellos dos y yo. Luego cada uno tomó su camino y continuamos la amistad, pero no nuestra relación sexual. Con quien seguí a lo largo de los años, a veces con bastante regularidad y a veces con meses entre un encuentro y otro, fue con Oscar, así que mi última anécdota, será para contar algunas de las reuniones que mantuvimos éste (mi mejor amigo) y yo.