En el silencio de cuatro paredes - Relatos Eróticos

En el silencio de cuatro paredes

... sabanas porque es demasiado placentero el placer que tengo para ti Al sacar mis dedos de tu interior, continuas temblando, el sudor de de tu piel lo demuestra, mis dedos mojados van por tu vientre y bajan a tu pene, te has corrido de placer gracias a mi voz y toda esa humedad la restriego por tu piel temblorosa Nos necesitamos para sobrevivir, somos animales en celo Y en cada penetración, cada beso, cada orgasmo, cada eyaculacion es provocada con amor y con la palabra final, te amo. Ah… Daisuke… Nunca dejarás de gustarme, lo digo en serio Se estaban peovocando con cada palabra que era cada vez más directa - Ah… Ken ¡No hagas eso! Me estas incitando a violarte tan salvajemente y placenteramente, en serio que ansío beber el dulce y sabroso néctar blanquecino que tiene tu pene ahora, yo ansío marcarte de pies a cabeza como mío, es tan excitante imaginarme encima tuyo... Metiendo lentamente mis dedos, grirandolos y rasguñando las paredes de ese culo tan apetitoso y húmedo... Apretado... ¡AH! Ken... Me voy a venir de sólo imaginarte encima mío meneando es culo que tienes mi amor mientras te lo rompo con embestidas brutales y gritas gimiendo mi nombre, el nombre de tu único dueño, tu único hombre... Ahh... Ken... Ya no aguanto. -. Había llegado un punto en que las palabras eran más fuertes que los sentimientos, ninguno de los dos podía aguantar - Te deseo Daisuke, quiero correrme junto a tí, y no quiero desperdiciar lo que hay entre mis piernas, por favor, quiero que te agaches y ...

... disfrutes, sólo bebe, será placentero para ambos, una mamada en silencio entre estas cuatro paredes, te ofrezco mi pene directo a tus labios. - Ohh... Amor -. Se incó se rodillas justo frente del pene de Ken y le quitó completamente sus boxers y sin decir nada acercó su nariz e inhaló y exhaló cerca del pene de Ken para después empiezar a chupar -Mmm... Cómo extrañé tu sabor y tu olor... ¡Ah! -. El deseo por Ken y su lujuria le hacían darle a su novio una de esas mamadas que para Ken era deliciosa, le hacían desarmarse por el placer y retorcerse víctima del mismo, casi no podía contener sus gemidos y sus ojos estaban cristalinos llorando víctima del placer, cuando Daisuke se dio cuenta de que Ken retenía sus gemidos le dijo - Me sigue encantando esa cara de pervertido, por favor, no te reprimas, no me prives de oír tus hermosos gemidos, gime y grita el nombre de tu dueño, ¿Qué es lo que quieres Ken-Chan?... Dímelo... ¿Sigo? - No, No quiero oir mis gemidos ni los tuyos porque quiero que chupes en silencio, tranquilamente, no vas a gemir ni yo tampoco aunque nos estemos muriendo de las ganas, quiero que empieces a chupar, mete tu boca en mi pene ahora mismo, para nosotros, el mundo se ha detenido ahora mismo. Es ahora o nunca. Ken cogió con una de sus manos la cabeza de Daisuke por detrás y la empujó para que su chico empezase a lamer, estrujó, directamente, la cabeza de Daisuke contra su pene y este por inercia empezó a chupar - Lentamente, Daisuke, me das mucho placer, es tuyo ...