Nuestra Propia Sesion Sado
Fecha: 31/12/2018,
Categorías:
BDSM
Autor: dream12, Fuente: RelatosEróticos
... comprobar que eres tan obediente como puntual. Decías mientras desabrochabas mi pantalón, lo bajaste hasta las rodillas y me hiciste salir de el. Palpabas mis muslos y mi culo, notaste como salía la base del plug entre mis nalgas, y lo tocaste haciendo presion hacia dentro. Noté como se movía en mi interior, y se me escapó un pequeño gemido, estaba muy excitada. Me notaba mojada y sentirme usada me excitaba aun mas. -Ponte de rodillas, quiero que chupes mi polla hasta que brille. Me puse de rodillas, y pusiste tu polla en mis labios. Empecé lamiendo tu prepucio, después pasaba la lengua desde tus huevos hasta la punta de tu polla y me metía toda tu polla en mi boca, intentaba chupártela lo mejor posible. La notaba grande, y me la imaginaba como en esas fotos que habías intercambiado conmigo. Lamía tu polla, la succionaba, la metía en mi boca para después con mis labios subir y bajar metiendola y sacándola de entre mis labios. Notaba como se iba poniendo cada vez mas dura, hasta que me ordenaste que parara. - Para guarra, por ahora ya esta bien de chupar� Quiero que te pongas a 4 patas yo te guiaré hasta donde quiero que vayas, ¿vale? -Si, amo. Me cogió un puñado de pelo y me guió unos pasos mas adelante, no conocía la habitación de hotel y no sabía su distribución, pero cuando llegamos al borde de la cama, me ordenaste que subiera a ella. Así lo hice. -Quiero que ahora te pongas boca arriba, con las piernas abiertas y flexionadas. Pon los brazos encima de tu cabeza y ni ...
... se te ocurra moverlos. ¿Entendido? -Si, amo. Escuché como abría alguna puerta de un armario, cogiste algo y la volviste a cerrar. -Mmmmmmm� Era un trozo de hielo, lo pusiste entre mis pechos y lo deslizabas por los pezones, haciendo que se pusieran duros y erectos. Al momento pusiste una pinza en cada uno de ellos, me gusta el dolor que provocan las pinzas en los pezones. Bajaste con el hielo por la barriga y te detuviste en mi ombligo. Ahí noté como se derretía el hielo poco a poco. Al momento, lo deslizaste por la barriga hasta llegar a mi clítoris� Estaba mojada, húmeda y el hielo hacía que mi clítoris estuviese mas sensible. Sin esperarmelo, colocaste otra pinza sobre el capuchón del clítoris. -Ahhhhh. No pude evitar dar un pequeño grito de dolor, tenía pinzado el clítoris. Con el hielo ya casi derretido, lo metiste en mi vagina que ya ardía de excitacion. -Mmm estas caliente como una perra en celo, derrites el hielo con solo acercartelo. ¿Notas como ahora chorreas aun mas? -Si, mi amo. Sin mediar ni una palabra mas, metiste un dedo en mi vagina que se hundió por completo sin esfuerzo. Lo sacaste y metiste dos, y con ellos me follaste un buen rato. Y yo no paraba de gemir. Las embestidas de tu mano hacían que se moviera todas las pinzas que habías colocado por mi cuerpo, lo que hacía que me pusiera mas caliente aun. Estaba a punto de correrme cuando paraste de follarme con tu mano. Sacaste los dedos y me abriste un poco mas las piernas. Tenía las piernas completamente ...