Aprendiendo con mi padre...
Fecha: 02/01/2019,
Categorías:
Gays
Masturbación
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
Fue la primera vez que viví algo tan salvajemente explosivo, prohibido, pero suculento al fin y al cabo.Fue la primera vez que viví algo tan salvajemente explosivo, prohibido, pero suculento al fin y al cabo. Yo tenía 17 años, y era virgen todavía. Iba al instituto, jugaba al fútbol, y me reía de las chicas dela clase, pensando que eran todas unas presumidas, tontas, e infantiles… También tenía amigos, y llevaba esa etapa, la de la edad del pavo sin excesivos problemas… Me afeitaba desde hacía dos años y ya me creía todo un hombrecito. Ayudaba a mi padre en su carpintería los fines de semana y alguna que otra tarde en que no tenía demasiados deberes. Mi padre estaba separado, aunque no legalmente. Mi madre nos abandonó cuando yo tenía tres años, y mi padre tuvo que subirnos a mí, y mi otros dos hermanos trabajando duramente… A sus cuarenta años, no había decidido rehacer su vida, quizá por qué nosotros aún éramos pequeños para él. Yo soy el mayor, y tengo dos hermanos más. Nosotros le decíamos que debía de buscarse una mujer, pero él nada; sus motivos tendría…Recuerdo que un día le pregunté algo cuya respuesta inició esta experiencia que me dispongo a relatar. Le pregunté a mi padre cómo se usaba un condón y cómo se ponía uno un preservativo. Estábamos en la carpintería, solos, y era tarde, intentando acabar un pedido para entregarlo al día siguiente. Por la mañana, Luis, un amiguete del instituto me había dicho que por fin se había estrenado, aunque resulte extraño, dijo que ...
... fue su padre quién le dio el condón y le enseñó a usarlo. De pronto me di cuenta e que nunca había hablado de esas cosas con mi padre, así que resolví hacerlo en cuanto tuviese la oportunidad. Mi relación con él era entonces muy fluida, pero hablábamos de todos excepto de sexo, y hoy día sé porqué. Así que, en la carpintería, viendo que el trabajo tocaba a su fin le pregunté. Lo que él hizo fue dejarlo todo ante el asombro y el estupor que le produjo esa cuestión planteada tan directamente y sin tapujos.-Quiero que enseñes – le dije -¿tienes un condón por aquí? Él, un poco cortado contestó que sí que tenía, y extrayendo su billetero de sus desgastados jeans, sacó de él un preservativo. Fue a buscar una herramienta, un destornillador, cuyo mango era lo suficientemente largo y grueso como para simular un pene erecto de tamaño normal. Entonces me hizo una demostración improvisada: sacó el preservativo de su envoltorio, los desplegó y rápidamente lo estenio a lo largo del magno de la herramienta.-¿Captas la idea ¿ -preguntó cuando acabó? -Un poco, contesté yo algo asombrado por la rapidez de sus actos, pero eso qué has hecho no es lo mismo. Porqué, ¿cómo sé yo que está puesto correctamente? ¿Cómo sé yo que ha ajustado bien y que no va a resbalarse? – No te entiendo, hijo –contestó él.-Quiero decir, papá, que deberíamos probar con una polla de verdad –sentencié yo desde mi más profunda inocencia.Mi padre se encogió de hombros y dejó a un lado el destornillador.-¿Me estás diciendo ...