1. Mi primer todo


    Fecha: 03/01/2019, Categorías: Primera Vez Lesbianas Masturbación Autor: EvaManiac, Fuente: xHamster

    ... perversiones. Empecé a experimentar una atracción física real que, una vez más, colapsó en contradicciones. Pero no estaba dispuesta a omitir ni uno solo de sus virtuosismos en mi convivencia con ella, así que me dejé llevar asumiendo todas las consecuencias, si es que podía haberlas. La obedecí y coloqué mis piernas en el espejo como ella había sugerido, dejando en su reflejo mi zona más íntima expuesta, exclusivamente censurada por la breve tela que la cubría. Su cuerpo desabrigado debajo de mí transmitía un cúmulo de sensaciones indescriptibles, todas ellas derivadas del ardor que nos robábamos la una a la otra. Sus redondeces frontales, excitadas y compactas, ejercían de sustento a mi cuerpo ofrecido. Me daba un poco de vergüenza reconocer los detalles de mi propia entrepierna. La cercanía a la superficie acristalada me obligaba a doblar las rodillas, de forma que mi exposición era casi total. Un concepto que Lette aprovechó enseguida para hurgar por el exterior de mi escudete con una de sus manos mientras usaba la otra para acariciar uno de mis pezones endurecidos.-”¡Hostia Lette!”, le susurré inmersa en un placer repentino.Y usó mi primer gemido de agitación para, desde su hundida posición, doblarme el interior de mi braga hacia afuera y dar fe en el espejo de aquello que ambas ya sabíamos.-”Te recuerdo que antes me llamaste guarra, así que ahora te invito a que mires bien cómo llevas tus braguitas, so cerda”, me susurró al oído.Entre los humedales provocados por la ...
    ... función de anoche, el repentino ardor de esta mañana y varias circunstancias que me niego a redactar aquí, efectivamente mi ropa interior era un poema justo donde descansa mi concha calvita. No sé si me gustó descubrirme así, tan físicamente extrovertida, tan sexualmente empática. Yo no estaba acostumbrada a obsequiar a nadie con algo tan explícito... ni siquiera a mi único novio hasta la fecha. Esas sensaciones eran nuevas para mí, pero Lette se encargó de acomodar mi bochorno y muy pronto hizo que me centrara en lo que realmente importaba ahora.Tras mostrarme mi suciedad física y moral volví a suspirar de placer cuando introdujo, en la misma posición, la mano entera bajo la tela de la vergüenza. El hecho de comprobar sus movimientos en primera persona gracias a la refracción del armario multiplicaba exponencialmente la percepción de cada momento y sus consecuencias inmediatas. Teniendo ya uno de sus dedos escudriñando mi cueva empapada solo pude entregarme a los abusos a los que me sometía mi amiga. Sin poder ver en realidad qué ocurría bajo mi paño acuoso, sí que podía constatar el estímulo delicioso de mis partes más sensibles.-”¡Qué mojadita estás ya!”, seguía cuchicheándome al oído.Yo no estaba en disposición de responder a nada. Creo recordar que, posiblemente, ya me había corrido hacía rato, pero no estaba segura de ello. Nunca antes había sentido todo eso en mis partes bajas y, desde luego, jamás me mojé de esa forma. Los chasquidos de sus dedos jugueteando sobre mis ...
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