TODO LO QUE PERMITI QUE ME HICIERA MI NOVIO (6)
Fecha: 04/01/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... calentó a los dos es que, cuando Rafael me la metió, aun tenia dentro de mi panocha bastante del semen de Alfredo, mezclado con mi sangre de al menstruación, y los dos nos reímos bastante cuando le platiqué que Alfredo, al ver que estaba yo sangrando, había creído que él había sido el primer hombre en mi vida. -¿Haz de creer, mi amor, que cuando vio mi sangre pensó que él me había roto el quintito? Aunque no lo creas, estuve pensando desde que salí con el del motel, que yo era ahora si que su primera mujer. No se lo pregunté pero creo que así fue… ¡Porque nada mas lo hubieras visto! Me abrazaba, me decía cosas lindas al oído, y el pobrecito me aseguraba que me cumpliría y que si así lo deseaba yo, nos casaríamos cuando yo quisiera… ¡Que lindo de verdad, mi amor!... pero no tiene la verga como tu, mi cielo… a ti te la siento rico, me llenas por completo… la siento hasta la garganta –le decía yo a Rafael que sonreía como un niño… aunque la verdad era que Alfredo la tenia mucho mas larga y gruesa que la de mi novio… y es que Rafael es blanco y Alfredo era moreno, bastante moreno, y Raquel, mi hermana, ...
... dice que los morenos y negros la tienen mucho mas grande… y al paso de los años he podido comprobar ahora si que en mi propia panocha, que eso es una gran verdad… ¡Los morenos tienen una verga linda de verdad! -Oye Lupita… ¿Y no te pidió el culito? -No, para nada… ¡Cómo crees, mi amor! Te digo que aunque no me lo dijo, me dio la impresión que era la primera vez que cogía… intenté chaqueteársela y de plano me detuvo la mano… ¿Y qué crees que me dijo? Que eso de masturbarse era pecado y es que no te he dicho que Alfredo es de la religión y luego que terminamos y nos fuimos a bañar, el no quería que nos bañáramos juntos pero me hubiera gustado hacerlo… y hace rato, cuando me bajaba de su coche, me insistió en que deseaba casarse conmigo… ahora que el sabia que era yo virgen y con él había dejado de serlo… ¡Que me viera ahorita, aquí contigo, cogiendo y contándote esto! Y esa noche nos la pasamos rico, cogimos muy sabroso, Rafael batiendo mi sangre y los moquitos de Alfredo pero felices los dos, pero cogimos en el suelo, sobre unos cojines y cuidando de no hacer mucho ruido… ¡Pero ya les seguiré contando!