1. EL JUGADOR DE BASQUET


    Fecha: 06/01/2019, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Livido, Fuente: xHamster

    ... no soy muy alta, y mucho más en comparación con aquella torre negra. Me tomó por la cintura y de un impulso me elevó lo suficiente como para colocar su verga entre mis labios vaginales, y entre el movimiento ascendente de su cadera y el descenso natural de mí cuerpo hacia abajo me empalo despacio pero de un solo movimiento.Pensé que aquel pedazo me haría trizas la vagina, que la penetración me dolería pero era tal mi calentura y tan intensa mi lubricación que su pene entró dentro de mi cuerpo como un hierro caliente en la mantequilla. Me abrió de par en par, hasta mi útero. Me sentí empalada, con mis pies colgando, sujeta por las nalgas y ensartada en aquel miembro enorme. Como pude me moví - como pude, - con mis piernas rodeando su cintura, mis brazos a su cuello, sus manos en mis nalgas moviéndome arriba y abajo con aquella polla enorme dentro de mí. Que placer de hembra ensartada, que goce de esclava sumisa a merced de su sátiro.Me sentí felizmente ensartada por aquel pollón. Fuimos escandalosamente ruidosos, entre mis jadeos, gemidos, gritos, ronroneos, todas las exclamaciones que acostumbro a decir en mis orgasmos y los golpes en la puerta tendría que haberse enterado todo el edificio. Nos corrimos al unísono, el su primer orgasmo, yo ya como en el sexto consecutivo.Sabes que soy muy generosa con mis orgasmos. Su eyaculación fue abundante, como mis secreciones. Nos fuimos a lavar entre jadeos y besos. Acabamos en la cama, agotados y durmiéndonos desnudos sobre las ...
    ... sábanas.Desperté con una muy agradable sensación, el baloncestista acariciaba mi vientre y mis pechos mientras contemplaba mi cuerpo desnudo en la penumbra de su cuarto escasamente iluminado por la claridad que entraba por la ventana.―¿De verdad tienes los años que dices tener? ―preguntó mientras pasaba suavemente sus enormes manos por mis tetas.―Si cielo, tengo esos aunque aparente menos. Me cuido para gustar.―Pues lo has conseguido.Y m besó. Y me calenté. Me puse muy perra, como dice mi tío del pueblo. Lo empujé hacia atrás, le besé los testículos, una buena comida de huevos, hasta que conseguí que aquel pollón se dispusiera en su verdadera magnitud, al menos en la dimensión que yo deseo. Me puse sobre él, me tomé mi tiempo para colocarme, bastante arriba, le cogí la polla y la dirigí decididamente entre los labios de la vulva. Y despacito, muy despacito, me dejé bajar, dejándola entrar dentro de mi vagina. Llegué hasta abajo, me la metí toda y me sentí empalada. Y me corrí solo con notarlo. Pero no me detuve y me moví como todas las ganas. Arriba y abajo, adelante y atrás, girando la cadera, sintiendo dentro aquella masa dura y enorme.―Acaríciame las tetas ―le pedí con voz entrecortada.Y aquellas manos enormes me cubrieron las tetas y sabes que las tengo chiquitas. Me las cubrieron y me las acariciaron, apretaron, masajearon, amasaron y sacaron hasta la última gota de placer que me pudieran proporcionar. Me corrí puede que una docena de veces llenándole la entrepierna de fluidos ...