1. BESANDO A GABRIELA - Por Manuel Matías Sainz


    Fecha: 19/10/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... y mamada, me salían lágrimas por los ojos, es que Gabriela me mamaba la verga como nadie antes me la había mamado. De pronto yo sentí que venía un orgasmo y retiré mi verga de su boca chupona. La tomé de frente y dirigí mi mustia herramienta hacia su concha, y pasando por su monte de Venus hasta su vagina, penetré mi verga en un delicioso mete y saca. Se la sacaba tres centímetros y le metía 5 centímetros hasta que sentía mis huevos chocando con su cuerpo. Realmente estaba toda mi verga adentro de ella, pues su vagina era tan elástica que sin esfuerzos le podía dejar adentro la totalidad de mi miembro. Apoye mis manos en la puerta del reservado del baño del pub, levantando medio cuerpo y empecé a culear a Gabriela ya sin miramientos, provocándole un orgasmo muy intenso que la hizo convulsionarse debajo de mi cuerpo. No detuve mi ataque y redoble la intensidad de mis ataques. Que delicia ver el movimiento de sus deliciosas y apetecibles tetas a cada embestida que le daba, mi cuerpo se empezó a llenar de sudor por la tremenda cogida que le estaba dando a la que se mostraba como ...
    ... si fuera una perra, producto del semen que ahora estaba recibiendo en su mojada vagina. Un segundo orgasmo bañaba de fluido mi verga y gustoso cabalgaba sobre el cuerpo sensual de Gabriela, a quien manoseaba y relajeaba con mucha excitación, arrancándole gemidos de placer como si fuera una puta. Gabriela sacaba su naturaleza ardiente sin inhibiciones ante mí, y yo caliente hacia lo imposible por retardar la eyaculación. En medio del profundo orgasmo de Gabriela, descargue por completo la gran cantidad de semen, producto de ese caliente encuentro, en el baño del pub. Alrededor sentí las pulsaciones de mi verga descargando siete, ocho, nueve disparos de abundante semen que chocaron con las paredes del útero de Gabriela que recibió sin condiciones toda la lluvia de leche en su interior. Voltee a ver a Gabriela y su mirada estaba llena de pasión, por lo que había ocurrido, la calma llego a los dos y en silencio nos mirábamos a los ojos y sin palabras nos dijimos mil cosas. Mi verga ya estaba recuperando su tamaño normal y lentamente fue abandonando esa deliciosa vulva de Gabriela. 
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