Ola de Calor
Fecha: 08/01/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ola de calor Por Maxmasters Miro el reloj de la mesilla ya son las 3 y sigo sin pegar ojo, el calor de hoy es inaguantable, estoy desnudo sobre la cama y separo los brazos y las piernas del cuerpo, sobre la cama el ventilador mueve el aire pero es caliente, No corre ni una pizca de brisa. 10 días yo solo en casa, la familia está de vacaciones y me quedan 5 días para reunirme con ellos, trabajo toda la tarde y por la noche con este calor No duermo. No lo aguanto más.., Pienso mientras me siento en el borde de la cama, enciendo un cigarrillo y me dirijo a la cocina bebo un gran baso de agua, mientras noto que el sudor recorre mí columna, me dirijo al salón y me asomo por la ventana, maldigo mí suerte mirando la calle, los arboles ni se menean. Un coche entra en el aparcamiento entre los jardines, quien será, está parando frente al portal, del lado derecho sale una chica, creo que es Sonia la del tercero, se aleja del coche dando un portazo, parece de mal humor, parece que se lo piensa y vuelve hacia el coche y se asoma por la ventanilla, les oigo discutir. - Si a ti te parece bien lo que estabas haciendo, pues vuelve con ella y No me vuelvas a mirar a la cara. Sonia tiene unos 25 años, es alta, poco menos que yo, delgada, con una media melena color caoba, piernas interminables y bien formadas, un culito respingón precioso, y unas tetitas pequeñas pero muy bien puestas, siempre que nos cruzamos me mira sonriendo picara y me pone a cien. Dando la media vuelta con rabia se dirige ...
... al portal, según se acerca mira hacia su casa por si su padre la espera y su mirada se encuentra con la mía, Nos hemos cruzado varias veces por la escalera, charlando en alguna ocasión. Al verme en la ventana me sonríe un poco cortada, yo la sonrío con picardía y desaparece dentro del portal. La imaginación me hace malas pasadas, y si ella... por despecho a él. Que tontería. Apago el cigarrillo, me acerco a la puerta de casa y oigo sus tacones subiendo por la escalera, se oyen débilmente pero a mí me retumban en los oídos, un piso, dos pisos, Mi corazón se compasa a los tacones. Voy contando los descansillos al distanciarse los pasos, ha llegado al suyo, creo que sudo mas de lo normal, los tacones han dejado de sonar debe estar abriendo la puerta pero, que extraño No oigo llaves, quizás este llorando o pensando en él. Una idea me pasa por la mente, y si piensa en mí, voy a probarla, descorro el cerrojo que con el silencio de la noche retumba por toda la escalera, giro el tirador de la puerta y abro una rendija y dejando así la puerta me dirijo al salón y me vuelvo a asomar por la ventana. Vuelvo a oír sus tacones, se ha decidido, sé esta acercando a la puerta, se apoya en la puerta, esta se abre - ¡Willy, estas ahí, puedo pasa! Oigo que susurra. - ¡Pasa Sonia! Le digo en el mismo tono y sin moverme de la ventana. - ¿Estabas esperándome? ¡ la puerta estaba abierta! -¡Esa era mí esperanza, que subieras! La poca luz que entraba por la ventana le mostraba mí cuerpo al volverme a ...