Masaje especial
Fecha: 15/01/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hasta que la mujer volvió a estremecerse. Luego la invitó a vestirse y se retiró hacia el living para esperarla con un whisky. Después de conservar de cualquier tema, la profesional le preguntó si no tenía inconvenientes en que en la próxima sesión participara su esposo, que solía ayudarla en determinadas sesiones, ya que consideraba que por su estado el masaje que le proporcionarían le resultaría satisfactorio. Titubeó, pensó que se debería quedar desnuda frente a un hombre que no conocía, que además la masajearía, pero le dijo que no tiene problemas, lo que provocó que una sonrisa cómplice se dibujara en la cara de la masajista. Apenas se retiró, llamó por su celular a su amiga preguntándole acerca de la participación del hombre en la sesión y ésta le respondió que no se preocupara, que la iba a pasar mejor que esa tarde y que no se iba a arrepentir. El día llegó. Cuando arribó al departamento la recibió la mujer con un beso e inmediatamente le presentó a su esposo. Este era un hombre alto, de aproximadamente 1.80 mts. de estatura, bronceado y con un físico trabajado en el gimnasio. A la mujer ya no le disgustó la idea de mostrarse desnuda frente a un desconocido. Es más, ese desconocido le agradó, aunque no sabía todavía cuál sería su participación en la sesión. Ingresó al consultorio y se quedó como Dios la trajo al mundo. Al igual que en la sesión anterior la terapeuta se ocupó primero de su cuello y espalda mientras su marido fue quien le masajeaba las piernas y ...
... glúteos. El hombre sabía muy bien como manejar sus manos y a ella le empezó a gustar más que lo hiciera él que su esposa y la calentaba la situación. Trató de no pensar demasiado en ello, pero le resultaba imposible obviar que un hombre de esas características le pusiera las manos sobre su culo y empezó a excitarse. Pronto experimentó un orgasmo y vibró de tal modo que la pareja se percató de ello y sonrió con complicidad. Luego de un instante la hicieron dar vuelta e invirtieron las posiciones. El hombre se dedicó ahora a la parte superior y la mujer a la inferior. Cuando las manos del masajista se posaron sobre sus tetas sus pezones se erizaron repentinamente. Pensó que iba a desfallecer. Abrió momentáneamente los ojos al sentir que algo le rozaba la cara y observó sorprendida que era el bulto del hombre que parecía a punto de estallar dentro de sus pantalones. Entonces, fuera de sí y con una calentura de aquéllas, intentó acercar su boca a ese bulto tan deseado a esta altura. Casi sin darse cuenta subió sus manos y acarició la entrepierna del hombre, quien rápidamente se bajó el cierre de su pantalón y sacó el miembro viril afuera. A esta altura los dedos de la masajista ya jugueteaban dentro de su vagina, de ahí su excitación. Sintió como le separaba suavemente las piernas flexionándoselas hasta que los talones tomaran contacto con sus glúteos y como procedía a introducirle una verga de plástico con vibrador. Pensó oponerse a ello pero estaba de tal modo que no ofreció ...