1. Mi ahijada Andrea. 4


    Fecha: 16/01/2019, Categorías: Hetero Autor: vicioso69, Fuente: SexoSinTabues

    ... boca y dejó que yo los chupara y lamiera sintiendo en mis papilas gustativas el deleite del sabor de su joven chochito. Le dije que quería más y repitió otras dos veces la operación, llenándome la boca con sus juguitos. Y con el sabor de su sexo en mi boca la atraje hacia mí y la besé. Al principio ella no abría los labios pero su deseo fue más fuerte y acabó por corresponder a mis besos, por lo que nuestras salivas se mezclaron y ella saboreó sus propios juguitos. ¿Te gusta el sabor de tu chochito?, le dije en tono irónico. Pues sabe mejor que tu leche y además no parecen mocos, me respondió volviendo a besarme, ya sin remilgos por tener en mi boca el sabor de sus fluidos. Entonces fui yo el que metí dos dedos en su coño y los empapé bien y después los llevé a sus labios y para sorpresa mía, ni siquiera hizo un amago de rehusar. Debía estar muy caliente pues sacó la puntita de la lengua y la puso sobre mis dedos empapados y fue lamiendo poquito a poco hasta acabar chupando mis dedos dejando que yo los introdujera en su boca. Volví a mojar mis dedos en su rajita y cuando los puse frente a sus labios, fue ella la que se adelantó abriendo la boca, engulléndolos golosa para chupetearlos con fruición. Por fuerza tenía que gustarle lo que hacía. La expresión de su cara lo decía todo. Esta vez no era para complacerme a mí. Ella disfrutaba con eso y lo manifestaba claramente. Y para mí era extremadamente erótico verla así. No sabes como me pones viéndote hacer eso, le susurré. ¿De ...
    ... verdad te gusta?, me preguntó con una sonrisa maliciosa. Me encanta cariño, me excita mucho verte hacer “guarradas”. A mí también me gusta, no sabía que se podían hacer tantas cosas ricas, respondió. Haremos muchas cositas más, ya lo verás. Ella seguía sobre mí a cuatro patas en el sofá, con las rodillas a ambos lados de mis caderas y las manos flanqueando mis hombros. En esa posición sus pechos apuntaban hacia abajo y entre los dos veía la pelusilla de su pubis como una invitación a traspasar esa barrera y acceder al tesoro que ocultaba. Le dije que se sentara encima de mí y se acomodó de manera que su rajita quedó abierta sobre mi miembro y el frenillo de mi glande presionando su clítoris. En esta posición empezó a moverse despacio haciendo que su coñito se frotara contra mi polla y en concreto su clítoris contra mi glande. Sentí en mi verga la tremenda humedad de su rajita y fue esa misma humedad la que hizo que el frotamiento de nuestros sexos fuera sumamente placentero, pues su coñito se deslizaba con mucha suavidad sobre mi verga. Yo mientras tanto tenía mis manos sobre sus pechos, acariciándolos y pellizcando sus pezones. Ella seguía frotando su sexo contra mi miembro y yo sentía la protuberancia de su clítoris presionar sobre mi polla. Andrea se estaba masturbando con mi verga y a la vez me lo estaba haciendo a mí. Sentada sobre mí con su rajita encima de mi miembro, no dejaba de moverse adelante y atrás, lo que hacía que tanto ella como yo disfrutáramos de ese vaivén ...
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