La sedución de mi mujer
Fecha: 18/01/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... el segundo ya las tenía guardadas en un bolsillo. Creí que me moría de vergüenza cuando el tío se me quedó mirando al escote, con una sonrisa de complicidad mientras ese cabrón de negro me tocaba el culo sin ningún disimulo. Se bajó en el siguiente piso, no sin antes fijar su mirada en mis tetas. -Déjame ya, Simón, le dije al quedarnos solos, pero ya tenía dos dedos encajados en mi chochito y me obligaba a moverme al ritmo que me marcaba-, y no paró ni siquiera cuando salimos del ascensor, ni cuando abrí la puerta, aunque ni siquiera me entraba la llave. Pero cuando conseguí entrar en casa, ni siquiera me dejó cerrarla. -¨te fijaste en como te miró las tetas ese machaca?, dijo mientras me levantaba, si sube hasta aquí va a saber como hay que tratarte. Me enfrenté a él, e intenté apartarle con todas mis fuerzas, pero, casi sin agitarse, me sujetó con una sóla mano mientras sacaba de nuevo ese pedazo de instrumento. Aún forcejeé un poco cuando me levantó, pero cuando lo sentí en la rajita, se me fueron las fuerzas... -Pídeme que te la meta, me indicó el muy cabrón. - No.., sal de ah¡, sal... me... metela, terminé por rogarle, sin pensar ya ni el butanero, ni en tí, ni en nada que no fuera ese rabo golpeándome las paredes de la vagina. Tan abstraida me tenía que no me percaté de que alguien subía por las escaleras hasta que no estuvo a mi lado: - ¨Me dejas probar a tu putita?, le preguntó a Simón, quien, ignorando mis intentos de taparme, empezó a levantarme ...
... la falda por detrás. - Sí -le contestó al del butano que, inevitablemente nos había oido- es una buena mamona, mira que rica está... - Ya veo... -dijo el otro mientras me pasaba la mano por el culito, para añadir con sorna- pero ya la tienes ocupada. - Es que no se resiste a una buena polla, pruébala si quieres, te la presto un rato. Había asistido al diálogo entre aturdida y excitada, aceptando con el cuerpo los toqueteos a los que me sometían, pero al escuchar esto último, intenté‚ enderezarme y recuperar mi compostura. En vano. El otro estaba ya con la polla al aire, entre mis muslos, mientras mi amante me follaba la boca con su lengua. Era como si estuviera partida en dos, con estímulos que iban desde la boca a las tetas, en las que ahora se engolfaban los dos cerdos, ora pellizcándome los pezones, ora sobándomelas como animales, y de estas al coño en el que notaba una polla enorme por delante, la que ya conocía y me tenía sometida y otra, no menos poderosa, empezando a buscar su sitio por detrás. - No quiero.., por favor.., dejarme, conseguí balbucear cuando tuvo a bien soltarme la boca. Intenté echarme para atrés, pero entonces fue el otro quien aprovechó mi movimiento, y consiguió empezar a meterme su rabo por el co¤o. - La puntita nada más, me dijo, mira que bien entra. - No... -repetí, pero ya estaba empinando mi culo para permitirle una mejor entrada en mi agujero, tan excitada que no sabía ni cual de ellos me estaba pellizcando los pezones. Por ...