(6) Los amores de Ana Etxeberría
Fecha: 20/10/2017,
Categorías:
Grandes Series,
Microrelatos,
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
9 Un manto de silencio y oscuridad cubría el campus a estas horas. Cuando el inspector Balaguer y su ayudante Leo llegaron, el canto de los grillos fue el único recibimiento. Dejaron el coche en el parking y se encaminaron a la facultad de medicina. Aquí un miembro de seguridad les abrió las puertas para poder acceder. -¿Qué hacemos aquí, César? Podemos venir mañana temprano –andaba Leo por los pasillos. -Si hay una segunda chica muerta y no la hallamos se armará la gorda con la prensa. Todos querrán nuestra placa. -Joder... -¿Qué? -Tuve que estudiar jardinería. Estaría ahora muy entretenido con mis petunias. -¿Y perderte esta juerga? No lo creo. -Menos guasa, ¿vale? -Hey, mira… -¿El qué? Más adelante, un chaval fumaba apoyado en la pared. Fue ver a los dos policías y ponerse nervioso. -Hola, ¿qué tal? –se fue acercando el inspector Balaguer, pero no dio tiempo a más. El chaval se echó a la carrera-. ¡Hey, alto! -¡Joder! –salió Leo detrás. -No, Leo, por el otro lado. -Vale. El chaval huía a todo correr. Detrás le perseguía el inspector Balaguer. -¡Para, cabrón! Pero el chaval ahora bajaba las escaleras. El inspector Balaguer hizo lo mismo. -¡Párate! ¡Soy policía! Caso omiso. El chaval enfiló otro pasillo, pero Leo le esperaba con un placaje de fútbol americano. -¡Quieto, capullo! –lo inmovilizó Leo contra el suelo para colocarle las esposas. -Buen trabajo –cogió aire el inspector Balaguer. -Te haces mayor o qué. -Necesito un poco de fondo, nada más. -Me haces daño, joder ...
... –se quejaba el chaval. -Levántalo –pidió el inspector Balaguer. -Arriba, niñato –lo puso el ayudante Leo de pie. -¿Cómo te llamas? –le interrogó el inspector Balaguer. -Investíguelo. Es su trabajo, ¿no? -Será mejor que contestes porque te considero sospechoso de dos asesinatos. -¿Cómo dice? -Sonia Martorell y una segunda víctima. -Oye, oye, yo no he matado a nadie. -¿Y por qué corrías? -Me estaba emporrando y tengo antecedentes. No quiero ir al talego. -A ver si es verdad –lo cacheó el ayudante Leo-. Joder, es cierto, mira –encontró cuatro porros y dos ácidos. -Por favor, no digan nada. No lo volveré a hacer. -Anda, largo –le dio el inspector Balaguer un ligero empujón para que se marchara. -Falsa alarma –suspiró el ayudante Leo. -Necesito un buen chute de cafeína. -Hay una máquina de refrescos arriba junto a las escaleras. Te invito a una Coca-cola. -No puedo negarme. -Vaya carrera que nos hemos pegado. Hubo risas. 10 La Coca-cola le salvó la noche al inspector Balaguer. Fue como una inyección de adrenalina. Dormir era 8 horas desperdiciadas o al menos eso es lo que pensaba él. Un SMS con número oculto lo sacó de sus pensamientos embelesados. Se le ve con ganas. Así me gustan los polis. CAJAHUECA. -Hijo de puta –miró el inspector Balaguer a su alrededor. -¿Pasa algo? –se inquietó el ayudante Leo. -Ese cabrón nos vigila. -Yo no veo a nadie. -No sé cómo lo hace, pero lo consigue. -¿Quién será ese chico? -Un sicópata misógino. Eso es lo que es. Ya te pillaré, cabronazo. ... ...