1. Atada y sometida


    Fecha: 19/01/2019, Categorías: BDSM Autor: PincesaDiana, Fuente: SexoSinTabues

    No veo nada, estoy totalmente a ciegas, Gabriel, un chico a quien a acabo de conocer me ato fuertemente las manos por la espalda y me coloco una venda a mis ojos, me abrió la puerta de su coche, me metió, y arranco con rumbo desconocido Se supone que es una cita a ciegas, lo contacte en un foro de AMOS y SUMISAS, me dio la orden de acudir al lugar a y la hora para vernos y conocernos un poco mejor, no pensé que la sesión iba a comenzar muy pronto. Llevamos más de 15 minutos, el guarda silencio, no menciona nada, para romper el hielo yo le digo de manera coqueta “¿A donde me llevas mi vida?”, pero no contesta. Persevera en su silencio. Poco después siento su fría mano sobre mi pierna, aferrándola fuertemente, me acaricia un rato, asciende por mi estomago, sube por mis voluptuosos pechos, y me pellizca mi pezón, hago un gemido de dolor mezclado de placer. Después de unos minutos me deja. Al poco rato detiene su carro, escucho que apaga el motor y desciende, abre la puerta de mi lado y me jala el brazo obligándome a bajar, siento la irregularidad del suelo, pero aun así me obliga a caminar un rato, escucho el ruido de la hojarasca seca al caminar, y siento la brisa suave del campo, “Estoy en un bosque, deduzco”. Después de un rato, me diente libera mis muñecas de las cuerdas que me tenían atada, pero no me permite que me quite la venda, Gabriel, con voz susurrante, calmada y sensual me dice al oído que me quite la ropa, no estoy muy segura de obedecerlo, me da un poco de miedo, ...
    ... pero a la vez toda esa situación me éxito, y va creciendo por momentos, así que me animo y como puedo me quito poco a poco toda mi ropa quedando totalmente desnuda, la brisa fría del bosque acaricia mis pezones endureciéndolos. Mi pareja coloca mis manos atrás, siento la cuerda áspera que ata mis muñecas, en cada nudo que va haciendo acelera los pulsos de mi corazón, me siento totalmente vulnerable e indefensa y eso me tiene muy estimulada. Me toma por mi codo y me conduce de nuevo el coche, las piedrecitas del camino, se incrustan suavemente sobre las platas de mis pies descalzos. Llegamos al auto, me abre la puerta y me obliga a subir nuevamente, una vez que estoy dentro, me amarra mis tobillos y cierra la puerta. De nuevo en la carretera, de nuevo el silencio, no hago por romper el hielo, se que será inútil hacerlo hablar, percibo que Gabriel esta orgullo se tenerme desnuda y atada a su lado, escucho el rose de su pantalón al acariciarse su entrepierna, está deseoso de mi, y de que todos vean al trofeo que lleva en su carro. De pronto escucho gritos y silbidos provenientes de un autobús de estudiantes que van pasando a nuestro lado, escucho la risa de Gabriel, baja la ventanilla automática de mi lado, siento el viento frio en mi cara y mi cuerpo. Escucho unas voces muy cerca de mí. -¡Que vieja tan sabrosa! guau- -¡Que tetas tan buenas tienes!- -¡Dale sus buenas nalgadas a esa zorra!- Gritan eso idiotas, mi captor da por terminada la función y sube la ventanilla, coge una ...
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