Chequeo médico
Fecha: 20/01/2019,
Categorías:
BDSM
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Ana había sido aceptada en una empresa de secretaria pero le habían pedido un certificado médico, cosa que extrañó mucho a la muchacha, fue a hacérselo donde una doctora que le habían indicado se lo haría gratis. Casi lo prefería que fuese una mujer pero lo que no se esperaba era lo que iba a suceder. La consulta esta en un edificio de apartamentos, llamó al portero automático y le abrieron, subió en el ascensor hasta el último piso donde la doctora tenía la consulta, le habían citado a las siete de la tarde, traspasó el umbral de la puerta siendo recibida por la enfermera, una mujer ya madura de unos cuarenta años bien conservada. La introdujo en una gran sala con una camilla a un lado y una mesa con una silla donde la invitó a sentarse para esperar a la doctora. Se sentó y se dispuso a esperar, observó que en una de las paredes debían de estar de obras porque estaba tapada con una gran sabana pero no le dio importancia. Entró la doctora y ella como cortesía se levantó y se volvió a sentar cuando lo hizo ella, cuando pasó a su lado le vino una fragancia de una colonia como infantil. Así que tú vas a ser la nueva secretaria de Juan, era su nuevo jefe, le dijo la doctora. Pasa al lado de la camilla, desnúdate y siéntate en ella—la dijo la médico. Ella lo hizo aunque le sorprendió que no hubiera un biombo donde desnudarse pero no le dio importancia, se fue quitando la blusa blanca, el jean y el tanguita rosa hasta quedarse completamente desnuda, Ana era morena con el pelo ...
... rizado y entreverado de mechas, medía 1,70 y pesaba 59 kilos, ojos oscuros, unos pechos más bien pequeños pero rematados por dos pezones también pequeños pero como dos fresitas, un culo respingón que era la envidia de todas sus amigas y un coñito de labios gruesos y un clítoris bien escondidito que sobresalía cuando se excitaba mucho y el pubis bastante velludo. La doctora se acercó, se había puesto unos guantes de látex la miró con una linterna el iris, la dentadura, los oídos y luego la auscultó. La ponía el fonendoscopio en el pecho, lo ponía muy estratégicamente cerca de los pezones, a Ana le estaba empezando a entrar miedo porque intuía que la doctora tocaba en zonas que en otras revisiones no lo habían hecho pero su coño decía otra cosa y se estaba humedeciendo bastante, cuando la doctora hubo terminado la hizo tumbar y poner los pies en los estribos y llamó a la enfermera. La enfermera entró y ató las manos de la chica a los costados con una correas de cuero y los pies a los estribos para luego retirarse. La doctora cuando hubo estado sola en la habitación le dijo a Ana que hacía calor y que se iba a poner cómoda y se quitó la bata y la ropa intima quedándose completamente desnuda, ahora la podía observar en todo su esplendor, era alta algo más que ella de unos cuarenta años, ojos negros, cabello rubio largo y liso, labios sensuales, pechos grandes y con los pezones marronaceos y la aureola grande, el culo mediano acorde a su constitución pero a pesar de una cierta flacidez ...