1. Machos Salvajes. Primera ronda. Juancito y su dueño


    Fecha: 20/01/2019, Categorías: Dominación Autor: eloalhabla, Fuente: SexoSinTabues

    ... bien enseñado. Se acercó despacio, el muchacho era tan pequeño que de rodillas lo tenía a la altura de su miembro pero primero le metió los dedos en la boca. Primero uno, luego dos, luego tres y penetro en la boca con los dedos, mientras el muchachito orgulloso lo miraba desde el suelo con la boca llena, pasándole la lengua, muerto de ganas de cualquier contacto. Aún sin gobernar sus impulsos el muchachito quiso tocar por encima del pantalón la entrepierna y Pedro velozmente con mucha fuerza le pego en la mano, Juancito emitió un gemido de dolor, sin sacarse de la boca los dedos que le hurgaban la boca, su dolor se traslucía en la mirada que le dedicaba desde el piso. Pedro sonrió perverso y le saco de un solo movimiento los dedos, y antes que el muchacho cerrara la boca le escupió la cara, y se deleitó viendo como el muchacho se relamía probando su saliva. Lo que si sabia Juancito es la mirada con un leve movimiento de cejas que le hacia Pedro cuando estaba autorizado a desabrocharle el cinto, desprender botón por botón los jeans y oler a su macho, presentirlo debajo de los bóxers negros. El muchacho se aproximaba mas y mas hasta quedar con las piernas juntas, debajo de las piernas separadas de Pedro y allí, mientras jugueteaba con el miembro encerrado, sentía como la bota de su hombre le restregaba su cola, y un gemidito se asomaba, sin quitarle la mirada de adoración que le hacía. Juancito, aun se ahogaba con el pene cuando Pedro lo obligaba a engullírselo todo en la ...
    ... garganta y lo sostenía brutalmente allí para gozarlo todo. Juancito aun se ahogaba, asfixiado por tanta carne en su boquita tan pequeña. Cuando apenas se veían después de días sin verse, Juancito también gritaba ante la nula paciencia de Pedro que lo penetraba con fuerza, capturando sus piernitas en los hombros, y sus brazos en el pecho del niño tirado en la cama, gritaba por la violencia del pene entrándole de lleno en anito, Pedro gozaba y repetía la operación, disfrutando esos gritos de dolor, para después gozarle los gemidos. Juancito ya no implora que se la saque, acepta su destino como su papá, llorando al comienzo y gozándolo después. La pija inmensa entra violenta, sin aceptar ninguna barrera y en lo profundo se queda, Pedro lo besa metiéndole la lengua y colmándolo de su saliva, ahogando el quejido de Juancito y deteniendo el nuevo quejido cuando en el beso, una estocada mas brutal lo azota ensartándolo hasta los testículos. Pedro sale completamente y se mantiene a una cierta distancia del muchacho, como buen cazador, disfruta ver a su presa temiendo el nuevo arrebato pero sin saber cuando, últimamente juancito se desespera tanto que lo suplica, Pedro lo hace cuando quiere y cuando quiere lo clava en lo profundo de su ser y vuelve a sacarla, jugando con el cuerpo de Juancito. Jugando tanto, que el ya no se toca para eyacular. Pedro marca su ritmo y cuando siente en sus entrañas la ancha cabeza latiendo y la leche martillándole todo, Juancito se entrega a su destino ...